EL ECUATORIANO CLAUDIO VILLANUEVA LLEGÓ ÚLTIMO EN LA COMPETENCIA DE MARCHA DE 50 KILÓMETROS Y FUE OVACIONADO POR COMPLETAR LA CARRERA LESIONADO.

Aunque el ecuatoriano Claudio Villanueva llegó último en la competencia de marcha de 50 kilómetros fue tal vez el más ovacionado en Sapporo este jueves tras completar la carrera.

El cuencano, que terminó lesionado, recibió todos los aplausos por su perseverancia para completar el circuito en un ambiente con -28 grados de temperatura y un 72% humedad. Esas eran las difíciles condiciones que tuvieron que afrontar los 59 marchadores.

La prueba inició alrededor de las 05:30 en Japón. El polaco Dawid Tomala, que hizo en solitario los últimos 23 kilómetros, cruzó la meta envuelto en la bandera polaca con un tiempo de 3h50:08, por delante del alemán Jonathan Hilbert (3h50:44) y del canadiense Evan Dunfee (3h50.59), que en los últimos metros arrebató el tercer puesto al español Marc Tur (3h51.08), el hombre que había tirado del grupo perseguidor durante los ocho últimos kilómetros.

Lo colombianos José Montana (undécimo con 3h53:50) y Jorge Ruiz (decimotercero con 3h55:30), fueron los mejores latinoamericanos, seguidos del mexicano José Leyver (decimoquinto con 3h56:53).

El ecuatoriano Andrés Chocho finalizó la prueba en el puesto 19 con un tiempo de 3:59:03 tras ser penalizado con cinco minutos al cumplir tres faltas, Jhonathan Amores se ubicó en el lugar 27 con 4:05:47 y Claudio Villanueva en el puesto 47 con un tiempo de 4:53:09.

Trágica historia de Claudio Villanueva

El atleta ha vivido una serie de viscisitudes en su vida, sin embargo persiste, como lo hizo hoy en los Juegos Olímpicos de Japón, a los que llegó tras lograr la medalla de oro en el Campeonato de España de Marcha con un tiempo de 3 horas 47 minutos 55 segundos en ruta 50 kilómetros.

Campeón panamericano en 2019 y campeón sudamericano en 2016, en cada competencia Villanueva recuerda las motivaciones que le dan fortaleza en su carrera deportiva.

En 2007 su padre Paulino desapareció en las montañas de El Cajas, cercanas a Cuenca y hasta el día de hoy la familia no sabe si está vivo o muerto, según ha contado en entrevistas el marchista. Por él persiste en cada marcha.

Claudio recuerda que trabajó vendiendo frutas en el mercado, luego trabajó como taxista informal. Es padre de dos hijo, uno de ellos nació con parálisis cerebral y ceguera, pero cada movimiento se los dedica a sus seres queridos.

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