DESPUÉS DE 12 AÑOS UN SCHUMACHER CON LA ESCUDERÍA FERRARI.

Mick, hijo del heptacampeón, se estrena a los 20 años con la ‘Scuderia’

El tiempo ha vuelto atrás este martes en Baréin. Exactamente 12 años, cinco meses y ocho días. Hasta el 22 de octubre de 2006, cuando Michael Schumacher, El Kaiser, disputó en el circuito de Interlagos su última carrera en la F-1 con la escudería Ferrari. Desde entonces han pasado esos 4.545 días hasta que otro Schumacher, su hijo Mick, de 20 años, se subiera a un bólido rojo, aunque fuera en una jornada de entrenamientos.

La trayectoria de Mick Schumacher en la Fórmula 1 ha empezado a contar a partir de hoy. El hijo del heptacampeón del mundo, el piloto más ilustre en la historia del certamen, se ha enfundado en los colores de Ferrari, el equipo que convirtió a su padre en leyenda, y ha salido a rodar a primera hora de la mañana en el circuito de Sakhir. Schumacher, que el pasado fin de semana debutó en ese mismo escenario en el campeonato de Fórmula 2 –terminó el octavo la primera carrera y el sexto, la segunda–, ha marcado el segundo mejor tiempo de la jornada tras completar 54 vueltas y ser superado solo por el Red Bull de Max Verstappen. El miércoles se subirá al Alfa Romeo en la que será su segunda jornada completa de pruebas.

Esta es la primera toma de contacto real del corredor germano al volante de un monoplaza de F1, puesto que la única vez que había conducido uno fue durante una exhibición que se llevó a cabo en Spa, hace dos años, para conmemorar la primera victoria de Michael en el certamen. En aquella ocasión, el bólido empleado fue un Benetton de 1994, un coche que nada tiene que ver con los actuales prototipos.

Como es lógico, la expectación es enorme en Bahréin, donde Mick comparte pista con Fernando Alonso y Lewis Hamilton, entre otros. Como es lógico, el español gira a bordo de un McLaren, escudería con la que todavía mantiene una relación como embajador y consejero, por más que en su caso los test estén dirigidos por Pirelli, el suministrador de neumáticos del certamen. En las últimas semanas, Alonso ha pasado de la resistencia, competición en la que está más centrado actualmente, a los raids –la semana pasada probó en Sudáfrica el Toyota ganador de la última edición del Dakar– y ahora a la F1.

“Este es un entrenamiento más para mí, para recuperar el estilo de pilotaje y entender el comportamiento del coche y tratar de encontrar su límite en caso de que las gomas me lo permitan”, convino el asturiano, que el próximo 26 de mayo volverá a participar en las 500 Millas de Indianápolis en su afán de hacerse con la Triple Corona, el galardón honorífico que se otorga a quien es capaz de imponerse en el Gran Premio de Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas.

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