PROTESTAS PACÍFICAS ESTALLARON EN CUBA EN RESPUESTA A LA PEOR CRISIS ECONÓMICA QUE ATRAVIESA EL PAÍS EN 30 AÑOS.

Los cubanos han marcado una nueva fecha en su historia, las manifestaciones que iniciaron el domingo ya son conocidas como el 11-J y se consideran inéditas. Estas protestas pacíficas, convocadas por la sociedad civil, con gritos de “¡libertad!” y “¡abajo la dictadura!”, estallaron en respuesta a la peor crisis económica que el país atraviesa en 30 años.

La localidad de San Antonio de los Baños (30 kilómetros al este de la capital) es donde centenares de vecinos se lanzaron primero a las calles a protestar por la escasez de productos básicos y medicinas, los apagones eléctricos y la generalización de tiendas de pago exclusivo en divisas, inaccesibles para parte de la población, en medio del mayor rebrote de COVID-19 en el país.

En las horas siguientes las protestas se extendieron a otros pueblos y ciudades de la isla, dejando duras imágenes de enfrentamientos entre manifestantes y autoridades y saqueos.

Las redes sociales permitieron que los desplazamientos comenzaran de forma espontánea y fueron a estas donde el gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel apuntó cortando la conexión de internet móvil, dificultando así el acceso a la información dentro de la isla, donde el uso del wifi es inusual por su alto precio. Esta medida estaría cortado el derecho a la libertad de expresión, según expertos.

Landy Menéndez, coordinador en Ecuador del movimiento Somos más Cuba, dice que estas manifestaciones han tomado por sorpresa a todos los cubanos que se encuentran fuera de la isla y que hay que tener en claro que es una convocatoria directa de la sociedad civil como tal marcada por la euforia propia de la crisis que viven.

“Nuestra gente en Cuba no tiene acceso a alimentos, pasan ocho, doce, catorce horas en una fila para comprar un kilo de pollo… Las personas tienen que acceder a tiendas netamente del Estado donde pueden consumir las remesas acreditadas, hay cortes de electricidad, apagones”, cuenta el activista y dice que es normal que para las personas que viven en democracia se sorprendan por este tipo de acciones que son habituales en la isla, en las que se ubica también el control de las comunicaciones y el internet, con el que cuentan hace pocos años.

Para Luis Leonel León, periodista cubano radicado en EE. UU., las protestas que Cuba está viviendo no ocurrían desde el célebre “Maleconazo” de 1994, cuando grupos de manifestantes salieron a la calle en La Habana para protestar por la escasez y dice que hay que reconocer la valentía de las personas que han salido a manifestarse y que se han encontrado lamentablemente con represión por parte de los “boinas negras” y de la policía.

“Han atacado a la gente con palos, con piedras para meterlos presos, les han disparado, están montando en camiones a los jóvenes de menos de 20 años para que sirvan a las fuerzas y con amenazas de que si no aceptan, pueden ser acusados de traición”, dice León y pide a la comunidad internacional tener claro que el régimen cubano no se podrá derrocar con “simples tuits o con sanciones que, aunque aparentan ser fuertes, no logran afectar a la clase política.

Por su parte, Menéndez dice que ha podido conversar con familiares y que el ambiente es de temor pero a la vez de esperanza. “Hay temor, hay mucha gente asustada, he podido hablar con algunos de mis familiares, las llamadas se caían, muchos de los cubanos que vivimos en el exterior nos tienen regulados y se nos limita más el contacto, pero a la misma vez hay emoción porque saben que hay víctimas y va a haber más, porque es un mal necesario para terminar con la opresión de más de 62 años.

Sin embargo, las denuncias de represión policial y de desaparecidos y detenidos han sido negadas por el presidente cubano, quien, en pleno calor de las protestas, animó a sus partidarios a salir a la calle a enfrentarse a los opositores para “defender la revolución”.

“Ya salieron con que en Cuba reprimimos, asesinamos. ¿Dónde están los asesinatos cubanos? ¿Dónde está la represión cubana? ¿Dónde están los desaparecidos en Cuba?”, dijo el presidente, en una comparecencia especial de varias horas este lunes transmitida en cadena por la televisión estatal.

Díaz-Canel acusó a “mercenarios a sueldo de los EE. UU.” de organizar las protestas y volvió a culpar al embargo que ese país mantiene sobre Cuba desde hace seis décadas del grueso de las penurias económicas que atraviesa la isla.

No obstante, este lunes decenas de mujeres se concentraron ante comisarías de Policía en La Habana, para indagar sobre el paradero de sus maridos, hijos y allegados arrestados o desaparecidos durante los sucesos del domingo.

Por el momento no existe una cifra oficial de detenciones, ya que las autoridades no han difundido información, pero activistas locales han elaborado una lista provisional en la que figuran 65 nombres solo en La Habana. Entre los que aparecen algunos conocidos por su oposición activa al Gobierno como el artista Luis Manuel Otero Alcántara, el disidente moderado Manuel Cuesta Morúa o el dramaturgo Yúnior García Aguilera, mientras la familia del opositor José Daniel Ferrer denunció también su desaparición en Santiago de Cuba.

En tanto, para ambos ciudadanos cubanos la única solución para la situación que se vive en su país es no retroceder en las protestas y esperar la intervención de la comunidad internacional a través de los organismos y de los gobiernos democráticos.

“Está el ejemplo de Venezuela, que hace cuatro años salió a las calles por tres días y retrocedieron para negociar y conversar, aún tienen a Maduro y bien fortalecido, lo que necesita la sociedad cubana es un cambio de sistema y elecciones libres”, dice Menéndez.

León dice que es vital que la oposición que queda en Cuba se una, aunque no todos piensen de la misma forma ni tengan la misma ideología. “Deben unir fuerzas para que cada uno en sus diferentes regiones puedan liderar estos levantamientos y no dejar que se mueran, porque si se apagan vamos a estar en graves problemas”, apunta.

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