De forma parcial fue aceptado, la tarde de este martes, por la jueza Martha Quinaloa, de la Unidad Judicial de la Familia del cantón Ambato (Tungurahua), el habeas corpus interpuesto por el exministro de Hidrocarburos Carlos Pareja Yannuzzelli. No se le cambia del Centro de Privación de Libertad (CPL) de Tungurahua como pretendía, pero se ordenan nuevas medidas de cuidado físico y psicológico.
La audiencia para resolver el recurso interpuesto por el exfuncionario petrolero se inició a las 10:00 de este martes y cerca del mediodía se suspendió la diligencia para que la jueza analice los argumentos expuestos. El habeas corpus fue planteado contra Edmundo Moncayo, director general del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
Pasadas las 15:00 de este martes, la audiencia se reinstaló para escuchar la decisión oral a la que llegó la jueza Quinaloa y que incluía una aceptación parcial de lo que solicitaba Pareja Yannuzzelli.
Según Paúl Ocaña, abogado del exministro, la jueza del caso señaló que sí hay vulneraciones a derechos constitucionales referentes a la integridad personal de Carlos Pareja Yannuzzelli, pero aclaró que no se ha probado que está en riesgo su vida. La defensa del exfuncionario del gobierno de Rafael Correa buscaba que él fuera trasladado hasta la denominada Cárcel 4, ubicada en el norte de Quito.
“No se ordenó el traslado, pero sí se dispuso que tenga una mejor atención médica, que tenga visitas de un médico una vez a la semana, visita de un psiquiatra una vez al mes y que pueda tener la medicina que necesita para las enfermedades catastróficas que mantiene”, explicó Ocaña.
El 17 de febrero pasado, la defensa de Pareja Yannuzzelli planteó un recurso de apelación al traslado que se le hizo desde el CPL de Cotopaxi hasta el CPL de Tungurahua, pero el juez Carlos Altamirano, el 30 de marzo pasado, lo negó.
Ahora se planteaba un recurso constitucional de habeas corpus debido a que el exministro explica que con el cambio al CPL de Tungurahua, por la distancia, no recibe visitas de amigos y familiares. Además sostiene que “es una persona de la tercera edad que padece varias enfermedades graves y que se encuentra ocupando una celda con hacinamiento extremo, lo que pone en riesgo su salud dado el problema actual de COVID-19”.
FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.
