IMPUTADOS POR ABANDONO LOS PADRES ADOPTIVOS DE UNA NIÑA DE SEIS AÑOS QUE EN REALIDAD ERA MAYOR DE EDAD DE INTENTÓ ASESINARLOS.

Según el testimonio de su madre, Natalia Grace le echó lejía en el café, amenazaba con enterrarlos en el jardín y escribía con sangre en los espejos de la casa. La familia huyó a Canadá.

La vida de los estadounidenses Kristine y Michael Barnett cambió, y de qué forma, en 2010 con la adopción de Natalia Grace, una niña ucraniana de seis años. Su día a día se convirtió en una película de terror en la que llegaron a temer por su vida. La dulce pequeña era en realidad una mujer mayor de edad con un trastorno del crecimiento óseo, displasia espondilometafisaria (enanismo), que según la pareja “intentó matarlos”. Algunas pruebas determinaron que la mujer podría llegar a tener incluso 30 años. Ahora, la justicia les acusa de haberla abandonado.

La pareja, que vivía en el Estado de Indiana, decidió hace nueve años ampliar la familia y optó por una adopción de emergencia en Ucrania. Poco después de llegar al hogar, Natalia ya comenzó a levantar sospechas por su comportamiento, muy alejado del que se espera de una pequeña de su supuesta edad: el vocabulario que empleaba parecía de una persona mayor y tenía la menstruación. La madre adoptiva ha contado su escalofriante historia al diario británico Daily Mail.

Kristine y Michael Barnett.

Kristine y Michael Barnett.

«Ocurrió lo mismo que en la película La huérfana, ha contado visiblemente afectada Kristine Barnett en una entrevista con el rotativo británico. «Hablaba de asesinarnos y hacía dibujos diciendo que quería matar a miembros de la familia, enrollarlos en una manta y enterrarnos en un patio».

Asustados por un comportamiento tan anormal, la familia decidió acudir a un médico, que confirmó que Natalia tenía más de 18 años en aquel momento, si se tenían en cuenta los registros dentales y el desarrollo sexual de la paciente. En 2012, un tribunal de Indianápolis dictaminó que las evidencias médicas mostraban que Natalia había nacido en 1989 y que tenía 22 años. Son esas precisamente dos de las pruebas que la familia está esgrimiendo en el proceso en el que están inmersos.

Los Barnett se encontraban con frecuencia en plena noche a su hija adoptiva junto a su cama, decía que iba a apuñalarlos, pintaba con sangre los espejos de la casa y mantenía a la familia atemorizada, según ha contado la madre. Llegaron a esconder todos los objetos afilados que había en la vivienda para intentar protegerse.

Un día Kristine cazó a su hija echado lejía en el café que ella se iba a tomar y le preguntó qué estaba haciendo: “Quiero envenenarte”, le espetó, según su testimonio. En otra ocasión, comenta, la empujó contra una valla electrificada.

La vida se convirtió para ellos en una película de terror. La situación empujó al matrimonio, que asegura que las auténticas víctimas son ellos, a poner tierra de por medio en 2013. Pagaron un año de alquiler de un apartamento, un seguro médico y cupones de comida para Natalia y se mudaron a Canadá. Natalia acudió a la justicia y denunció que había sido abandonada con nueve años. Sus padres adoptivos, de 43 y 45 años y que actualmente están divorciados, se encuentran imputados por estos hechos. Después de entregarse a la justicia han sido puestos en libertad tras pagar una fianza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *