GUAYAQUIL DECIDE IR POR LA REACTIVACIÓN.

La crisis económica que deja la pandemia del coronavirus abarca a todos los sectores productivos. A escala nacional, entre marzo y junio de este año las ventas totales (locales más las exportaciones) cayeron en $19 865 millones, el 31 %, con relación al mismo periodo del 2019. La cifra equivale a $187 millones diarios en pérdidas por ventas que no se realizaron, según las cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI).

Solo entre marzo y mayo de este año las ventas totales de las empresas domiciliadas en Guayaquil registraron una caída del 30 %, es decir, $3670 millones menos, en comparación con ese periodo del 2019.

Y visto por actividades económicas, según las cifras oficiales, el sector de la construcción fue el más golpeado al inicio de la pandemia en Guayaquil, porque registró el 57 % de caída en sus ventas, entre marzo y mayo, seguido de la actividad manufacturera con el 34 %; de la actividad de servicio, con el 33 %; y del comercio, con el 30 %, de acuerdo con los registros del SRI que manejan gremios productivos.

La alcaldesa Cynthia Viteri ha reiterado que Guayaquil mantendrá el color de semáforo amarillo quizás hasta fin de año. Pero a la par de esto ya se buscan mecanismos y acciones para ayudar a la reactivación económica de todos los sectores de esta ciudad.

Una de estas medidas, anunciadas el miércoles 12 por ella, es la conformación de la cuarta mesa técnica, la económica, que estará en el Comité de Operaciones de Emergencia de Guayaquil (COE cantonal), donde se analizan y se toman resoluciones en favor de la ciudad durante esta emergencia sanitaria del COVID-19.

Estará integrada por las cámaras productivas del Puerto Principal, que propondrán lineamientos para enrumbar la ansiada reactivación.

“El próximo martes (18) nos va a llegar una serie de recomendaciones, que pasan inclusive por eliminaciones temporales de tasas que cobra el Municipio para poder hacer crecer Guayaquil, que los negocios florezcan y que se recupere el empleo”, señaló Viteri, mientras que otras propuestas, añadió la alcaldesa, serán trasladadas a la Asamblea Nacional por el Partido Social Cristiano (PSC).

La funcionaria mantuvo, la semana anterior, una reunión con los representantes de las Cámaras de Comercio, Industrias y Construcción, en la que ellos expusieron brevemente propuestas y acciones. Esas sesiones se replicarán.

Hasta aquello ya se han dado acciones que rigen para Guayaquil como reformas a ordenanzas. Una de estas permite, desde el mes pasado, la ubicación de sillas, parasoles y mesas en los exteriores de locales, que pueden ocupar parte de la vía pública, cumpliendo ciertos requisitos y algunas exigencias municipales.

Otra permite la regularización de construcciones, uso de suelo y de negocios que estaban funcionando al margen de la ley o que tenían registrada otra actividad económica.

En esta ordenanza, donde se actualizará el catastro municipal, los usuarios ya no tendrán que ir al Municipio para hacer el trámite, pues ahora lo pueden efectuar de manera virtual (por internet).

Las medidas apuntan a contrarrestar la difícil situación. Y es que cinco meses después del comienzo de la pandemia, las cifras siguen a la baja en sectores que aún no han podido reactivarse económicamente como esperaban.

Uno de estos es el sector hotelero. En Guayas, este gremio prácticamente se ha declarado en iliquidez, aunque en julio hubo un ligero aumento de la ocupación que llegó al 14,7 %. La tarifa promedio está en el 30 % menos de lo normal, dicen sus representantes.

En Guayaquil, ciudad puerto que desde sus inicios se ha caracterizado por el comercio, la actual pandemia ha dejado en estos cinco meses pérdidas por $2500 millones en ventas en este sector, según la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Y basado en las cifras de la Superintendencia de Compañías, los representantes de este gremio productivo indican que el 32 % de las compañías que a nivel nacional entraron en estado de cancelación y en proceso de disolución y liquidación, entre enero y junio último, son de Guayas.

Los principales motivos que les impiden reactivarse son la falta de liquidez y de financiamiento; la baja demanda de los productos; los impuestos considerados elevados; los trámites vigentes y trabas burocráticas, entre otros, exponen los diferentes gremios.

Esto sumado a las limitaciones o restricciones que aún hay por la implementación de diversas medidas nacionales, que se rigen por los colores del semáforo, para frenar los contagios por COVID-19.

En el caso de Guayaquil, el cantón está en semáforo amarillo y con esto los comercios o negocios pueden recibir hasta el 30 % del aforo. Y el horario de atención en muchos de estos locales es hasta las 22:00, pues a las 23:00 comienza el toque de queda, que dura hasta las 05:00 del siguiente día.

Asimismo, continúan las restricciones de movilidad para los vehículos particulares, y potenciales compradores o usuarios de servicios.

Una de las propuestas del sector turístico al gobierno local es que se conceda una moratoria de entre seis y ocho meses a las tasas de turismo y de pernoctación. Al respecto, Gloria Gallardo, presidenta de dicha entidad, señaló estar abierta a esa alternativa, pues es consciente de que durante la crisis sanitaria la ocupación hotelera ha sido escasa.

Carlos Repetto, presidente de la Cámara de la Construcción, cree conveniente que para facilitar la ejecución de planes habitacionales de bajo costo debe darse flexibilidad en las ordenanzas vigentes, así como en ciertas tasas.

Comercio pide pausa en el cobro de ciertas tasas.

“Pedimos (al cabildo) una pausa en el cobro de ciertas tasas y contribuciones, como la tasa anual de turismo y de patentes. Los comercios necesitan liquidez para evitar la quiebra y más pérdidas de empleo”, sostiene Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Hasta julio, en Guayaquil había 44 859 establecimientos comerciales. De estos, el 95 % cerró sus puertas en la paralización productiva por la pandemia, entre el 17 de marzo y el 3 de mayo pasado.

El comercio representa el 47 % del total de ventas de Guayaquil y solo en esa paralización de actividades obligada durante 48 días registró pérdidas por $1712 millones, según la Cámara de Comercio de Guayaquil.

“Además, pedimos que no se recurra a la figura de clausura a los establecimientos por atender fuera de su horario, ni por ninguna falta que no ocasione afectación comprobable a alguna persona. Hay que erradicar la mentalidad de que la clausura es la primera opción”, agrega. (I)

Más construcciones a bajo costo, otra propuesta.

Flexibilidad para construir planes de vivienda masivos a bajo costo (y que estas obras a su vez generen más fuentes de empleo) fue uno de los pedidos de los representantes de la Cámara de Construcción de Guayaquil.

Y a esta reactivación se suman los planes de viviendas municipales anunciados en este año para sectores como vía a la costa.

Para este sector incluso se reformó, en mayo último, la ordenanza que regula el uso de suelo y las normas para la construcción de edificaciones en esta zona, donde se proyecta un desarrollo urbanístico y comercial para los próximos 50 años.

Una de las acciones que ya se tomaron por parte del Municipio es la exigencia de que las obras públicas que se realicen en Guayaquil deben tener un porcentaje de trabajadores o de empleados de la zona o sector donde se ejecuta el proyecto.

Otro trámite en pro de la reactivación es la actualización del uso del suelo de las edificaciones, que se hará durante dos años. (I)

Ordenanzas y acciones por reactivación.

Negocios como restaurantes, pastelerías, heladerías, cafeterías y otros de alimentos preparados pueden beneficiarse de las reformas a dos ordenanzas municipales y de otras tres medidas que ya están en vigencia.

Una de estas reformas, aprobadas el 11 de junio pasado, permite el uso de parasoles, mesas y sillas en espacios públicos y privados, como portales y aceras, que funcionan en Guayaquil con permiso municipal de tasa de habilitación. Durante la aprobación de esta reforma municipal se dijo que se buscaba ayudar en la reactivación económica. Y que por eso y mientras dure la emergencia sanitaria no se cobraría la tasa por ocupación de parte de la vía pública (valor fijado en función del sector).

A esto se suma la peatonalización de la av. 9 de Octubre, donde los locales ya pusieron sus sillas y mesas en los exteriores, parte de la vía pública. Y el anuncio de replicar lo mismo en calles principales de Urdesa, Sauces y Miraflores, ciudadelas que tienen corredores de restaurantes.

Adicional está una ordenanza especial, aprobada en junio, que actualiza el catastro de edificaciones concluidas sin el registro de construcción o la inspección final. Y a su vez permite el cambio en el uso del suelo.

FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.

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