DELINCUENTES MATAN A UNA MADRE DE FAMILIA POR ROBARLE EL CELULAR.

Pese a su dolor por la pérdida de su hija mayor, Amparo Quiroz se muestra fuerte y serena ante sus tres nietos, los que a partir de ahora están a su cargo.

Ella es la madre de Adriana Pilay Quiroz, una joven de 26 años que fue asesinada por delincuentes en el bloque 8 del sector El Fortín, en el noroeste de Guayaquil.

Recibió una puñalada en el costado izquierdo en un intento de robo de su celular. Ocurrió a las 11:30 del jueves pasado cuando caminaba hacia la casa de sus suegros.

Pese a que el sábado ya enterraron a Adriana en el cementerio de Monte Sinaí, la madre de la víctima aún no sale de su estupor. Cuenta que recibió una llamada de su consuegro que le avisaba que su hija estaba herida, que unos hombres le quisieron robar.

“Yo pensaba que solo eran golpes, me subí a una moto y en 15 minutos llegué al Hospital Universitario, mi hija estaba conectada con cables y tubos, y pálida completamente pálida. La iban a trasladar al hospital del Guasmo, pero no aguantó ni una hora, murió ahí como a las 13:00”, relata Amparo con lágrimas en los ojos.

Ella colocó ayer una foto de su hija en la sala de su casa, unas velas y rosas.

La recuerda como su muñeca, comenta que era la luz de los ojos de su padre y que están con el corazón roto, pero les toca ser fuertes por sus nietos de 9, 7 y 5 años, quienes se trasladaron a su casa.

Ella cuenta que los padres de sus nietos están presentes y se hacen responsables hasta donde llegan sus posibilidades, pero admite que será complejo asumir el gasto, pues su hija trabajaba en una importadora de la Bahía y también aportaba a la familia.

De los delincuentes que acabaron con la vida de Adriana aún no saben nada, no hay detenidos, pero las investigaciones avanzan.

La suegra y el cuñado de la fallecida fueron testigos del intento de robo, pero no vieron de cerca los rostro.

Ellos estaban asomados en su casa, en lo alto de la loma de El Fortín cuando vieron a unos 100 metros cuando Adriana fue abordada por dos hombres en moto.

Su suegra cuenta que empezó a gritar histérica para que la suelten y su cuñado comenzó a correr hacia ella.

“Todo fue cuestión de segundos. El que se bajó de la moto la cogió por atrás y ella se encogió cuando le quisieron quitar el celular de la cintura. Cayó al piso y la arrastró unos metros, ahí la apuñaló. Le sacó el cuchillo, se subió a la moto y se fueron hacia la calle de atrás”, contó consternado el cuñado de la víctima.

Cuando llegaron junto a Adriana, ella ya no estaba consciente, tampoco había un sangrado abundante.

Con la ayuda de un vecino la llevaron rápidamente al Hospital Universitario, pero una hora después los médicos la declararon muerta.

“Parece que la puñalada le perforó el pulmón. Ella acababa de hablar conmigo, me dijo que los bebés estaban aún dormidos y venía un ratito. Ella caminaba para acá todos los días”, explicó apenada la suegra de Adriana, quien sostiene que la joven madre estaba desmayada cuando la llevaban al hospital y se lamenta que le hayan quitado la vida por un celular, aparato que seguía en la cinturilla de su pantalón, pues los delincuentes huyeron rápidamente al oír sus gritos.

Los testigos detallaron a la Policía que los asesinos huyeron en una moto blanca.

Dijeron también que el conductor vestía un overol naranja y que su acompañante, quien presuntamente apuñaló a Adriana, serían un afroecuatoriano que vestía pantalón azul y zapatos blancos.

La Policía revisa las cámaras de seguridad del sector para dar con los ladrones y busca más testigos.

Por ahora la familia pide justicia, saben que no van a tener de vuelta a Adriana, pero no quieren que su muerte quede en la impunidad, pues la vida de sus tres pequeños no va a ser la misma.

FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.

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