CHINA CONDENA A LA CÁRCEL A UN PROMINENTE ABOGADO DE DERECHOS HUMANOS.

El letrado Wang Quanzhang, al que su familia y amigos no han podido ver en tres años y medio, ha sido declarado culpable de subversión.

China ha condenado este lunes a cuatro años y medio de cárcel por cargos de “subversión del poder del Estado” al abogado Wang Quanzhang, uno de los más prominentes del país en el área de los derechos humanos. Wang permanecía incomunicado desde agosto de 2015, cuando fue detenido dentro de una amplia redada contra cerca de 250 letrados y otros defensores de los derechos humanos que se había lanzado un mes antes y que ha pasado a ser conocida como “709”, por el mes (julio) y el día (9) en que comenzó.

Wang, que se ha ocupado de casos como la defensa de practicantes de la creencia Falun Gong o de activistas del Movimiento Nuevo Ciudadano -un grupo defensor de la transparencia gubernamental-, fue juzgado el pasado diciembre por un tribunal de Tianjin, en una vista en la que no se permitió el acceso a su esposa, Li Wenzu -que no ha podido verlo en más de tres años- ni a diplomáticos y periodistas extranjeros.

Según indicó entonces Li, a la que la Policía china le prohibió salir de Pekín el día de la vista, al comienzo del juicio Wang despidió al abogado defensor que los tribunales le habían asignado, en protesta por lo que consideraba un proceso sin garantías.

Ahora esta corte, el Tribunal Popular Número 2 de esa ciudad costera, ha hecho público el veredicto de culpabilidad y la condena en su página web. En principio, según prevé el sistema judicial chino y calculan las ONG defensoras de los derechos humanos, los días que Wang ha pasado detenido deben computar para el cumplimiento de la sentencia. Pero el tiempo que cumplió en la temida “vigilancia residencial en un lugar designado” solo se calcula al 50%: para descontar un día de sentencia, debe haber cumplido dos bajo ese sistema, que permite hasta seis meses de incomunicación bajo interrogatorios constantes.

Un pliego de cargos difundido en 2017 contra el abogado le acusa de haber “estado influido durante mucho tiempo por fuerzas antichinas”, de haber aceptado dinero de grupos extranjeros y de haber recibido formación de ellos.

“En ausencia de un juicio abierto y justo, no podemos aceptar un veredicto de culpabilidad contra Wang Quanzhang, mucho menos una condena de cuatro años y medio. El juicio y el castigo contra Wang nunca han pasado un proceso legal como es debido”, denuncia la ONG Grupo de Preocupación sobre los Abogados de Derechos Humanos en China.

Wang es, de todos los abogados detenidos en las redadas “709”, el que más tiempo ha pasado incomunicado y sin que se decidiera su caso. Durante los tres años y medio de su detención, su esposa -apoyada por las mujeres de otros letrados perseguidos- mantuvo una intensa campaña de presión ante las autoridades para que se aclarara la situación del letrado. Tuvo que esperar hasta julio del año pasado, a punto de que se cumplieran tres años del arresto, para que las autoridades le confirmaran oficialmente que su marido seguía con vida. Li se desplazó una y otra vez a Tianjin, donde finalmente se supo que Wang estaba detenido, organizó una marcha a pie de cien kilómetros desde Pekín a esa ciudad costera y se rapó la melena al cero como acto de protesta. En un comunicado tras el anuncio de la sentencia, la mujer ha reiterado la inocencia de su marido.

“Es escandaloso que Wang Quanzhang se vea castigado por defender de modo pacífico los derechos humanos en China. Debe ser puesto en libertad de modo inmediato y sin condiciones”, ha declarado Doriane Lau, investigadora de Amnistía Internacional en Hong Kong. “Durante los tres años que condujeron a esta vergüenza de juicio, las autoridades hicieron desaparecer a Wang Quanzhang en un agujero negro, donde probablemente fue torturado. Su familia, que continúa siendo acosada por las autoridades, ni siquiera sabían si vivía hasta hace poco. Su prisión continuada solo prolonga el sufrimiento de los suyos”.

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