BRUSELAS ESTUDIA ACTUAR DE NUEVO CONTRA ITALIA POR SU CRECIENTE DEUDA.

La Comisión decide el miércoles si abre otro procedimiento infractor ante los incumplimientos de Roma.

La inestabilidad es uno de los peores entornos en el que nadan los mercados de deuda. Y el barullo en el que se ha instalado la política italiana ha tenido su respuesta en los mercados financieros. En medio del galimatías generado por las nuevas medidas para impedir un procedimiento de infracción por parte de Bruselas, el pasado viernes, por primera vez desde 2008, la prima de riesgo del bono italiano a cinco años superó a la de la Grecia que hace unos meses quedó libre de los rescates.

Los elevados intereses de la deuda son una amenaza, si no la principal, para una economía cuya deuda representa el 132,2% del Producto Interior Bruto (PIB) y para la que los organismos internacionales prevén un anémico crecimiento de apenas una décima. De ahí que ahora lo último que le convenga a Italia sea otro pulso con Bruselas. Roma recibirá este miércoles de la Comisión Europea una lista de reformas que debería ejecutar. Pero, según fuentes comunitarias, el Colegio de Comisarios deberá decidir si existen motivos para meter a Italia en el brazo corrector de la UE por su elevada deuda.

Bruselas ya envió una carta la semana pasada a Tria avisándole de que sus analistas habían confirmado que en 2018 no progresó “lo suficiente en el criterio de deuda”. El documento, firmado por el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Pierre Moscovici, daba dos días a Tria para que les diera explicaciones sobre cómo pensaban enderezar esa escalada.

Las demandas de Bruselas de nuevo fueron contestadas con provocaciones desde Italia, en especial del vicepresidente Matteo Salvini. “Espero que nadie en Europa envíe cartitas a Italia. Veremos si llega esa cartita y si nos multan por la deuda del pasado”, afirmó Salvini a la radio italiana RTL cuando ya era de sobras público que de la sede de la Comisión iba a salir esa misiva.

Basándose en todas las previsiones que ha elaborado hasta ahora, el Ejecutivo comunitario cree que los elevados intereses de la deuda y la atonía económica dejarán en papel mojado las expectativas del gobierno. En plata: que el año que viene la deuda pública rebasará el 135% y el déficit público se situará en torno al 3,5% del PIB. Italia estará, pues, con los dos pies fuera del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Ello ha llevado a la Comisión a preparar otro informe sobre Italia sobre el que deberá pronunciarse el Comité Económico y Financiero. Tria expuso que el gobierno adoptará medidas adicionales para que los números no volaran. Si esos argumentos no convencen, el Consejo podría meterla en el brazo correctivo en julio.

La última vez que eso estuvo a punto de ocurrir, el primer esquivar el procedimiento con un pacto que no convenció a ninguna de ambas partes, pero que ahorró a Italia volver a estar bajo la tutela de Bruselas. Por ello, anticipándose a lo que puede venir, este lunes Conte advirtió tanto a la Lega como al M5S que se abstengan de hacer ruido cuando él y su titular de Finanzas estén negociando con la Comisión para evitar “un procedimiento infractor”.

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