Vicuña ganó con SUMA y la bancada de minorías ( BIN )

En una ceremonia de 40 minutos en el plenario de la Asamblea Nacional, María Alejandra Vicuña juró ayer como vicepresidenta de la República, en reemplazo de Jorge Glas, quien el 2 de enero perdió esas funciones por ausencia definitiva del cargo, al ser sentenciado a seis años de prisión por el delito de asociación ilícita.

Durante angustiosos segundos, el tablero electrónico que registra las votaciones del Pleno de la Asamblea quedó congelado con 56 votos a favor de María Alejandra Vicuña. De pie, con adoloridos gestos, los morenistas contenían la respiración. Poco a poco, en el otro extremo del hemiciclo, los asambleístas de SUMA, FE, Sociedad Patriótica y alguno que faltaba de la Bancada de Integración Nacional (BIN) fueron cumpliendo con lo acordado; Sí, votaron. Eran las cuatro y cincuenta de la tarde y quien fuera una de las correístas más vociferantes y recalcitrantes de la Legislatura anterior acababa de ser electa vicepresidenta de la República. Con las justas.

Sufrida victoria. Los morenistas, claro, empezaron a negarlo en cuanto salieron al vestíbulo; que siempre tuvieron asegurados los votos, dijeron. Pero quien hubiera mirado con atención las nerviosas evoluciones de Daniel Mendoza y Esteban Albornoz a lo largo de la sesión sabría que no es cierto. A las 15:38 se instalaron y Mendoza no se sentaría en su curul hasta las cuatro y cuarto. No duró ahí ni cinco minutos. Él y Albornoz, teléfonos en mano, salieron, entraron, volvieron a salir, se movieron y desesperaron hasta el inicio de la votación. Sí: sufrida victoria.

Ya en la entrada de la sede legislativa, urgidos por los periodistas inquietos por adelantarse a los resultados, Guillermo Celi (SUMA) y Wilma Andrade (BIN) explicaron las razones de su apoyo al morenismo: que lo hacen “por la gobernabilidad del país”, dijeron. Gobernabilidad: palabra comodín de la jornada. Roberto Gómez (CREO) lanzaba una advertencia: “quienes voten validando la terna serán considerados por nosotros como afines al oficialismo”. De su bancada lo harían, finalmente, tres asambleístas: Patricio Mendoza, Fernando Burbano y Franco Romero. Luego aclararía el mismo Gómez que ellos ya estaban separados del partido. Y que CREO dio muestras de unidad. Es decir: se mostraron unidos porque ya se habían dividido antes.

En los pasillos corría toda clase de rumores: que José Serrano en persona se hallaba en esos mismos momentos asegurando la votación de asambleísta en asambleísta; que de Carondelet ofrecían a los indecisos las direcciones provinciales de la seguridad social; que los del BIN (esto resultó mentira) se encontraban divididos…

La sesión arrancó con una sorpresiva propuesta de cambio del orden del día: Fabricio Villamar (CREO) pidió incluir como segundo punto el tratamiento del abandono definitivo de la Vicepresidencia. Que el Pleno tenía que verificarlo, dijo, y se sirvió del mismo argumento que la presidenta de la Comisión de Fiscalización, María José Carrión, utilizó la víspera para matar el juicio político contra Jorge Glas al día siguiente. A saber: que el oficio presidencial les pedía hacerlo.

La petición no fue aprobada. La secretaria leyó el oficio de Lenín Moreno, los documentos que dan cuenta del abandono de la Vicepresidencia y los nombres de la terna. El morenista César Litardo mocionó a Vicuña, con un extenso documento que daba todo por resuelto. Su compañera de bancada Teresa Benavides sufrió una especie de desmayo. Luis Fernando Torres (PSC) anunció la voluntad de los suyos de abstenerse. Jaime Olivo (PK) proclamó su apoyo a la primera de la terna porque “necesitamos una vicepresidenta que coadyuve”. Daniel Mendoza y Esteban Albornoz se sentaron al fin y la secretaria corrió las votaciones.

Ganó Vicuña con 70 votos; uno más de los necesarios. Una victoria que habría sido imposible sin la resuelta colaboración de un puñado de nombres cuya alianza electoral con Guillermo Lasso llevó a la Asamblea: Fernando Burbano, Héctor Muñoz, Henry Moreno, Guillermo Celi, Gabriela Larreátegui, Washington Paredes, Patricio Mendoza, Sebastián Palacios, Franco Romero. Todos ellos y los del BIN con la palabra “gobernabilidad” en la punta de la lengua. “Desertores”, los llamó Ana Galarza (CREO). No parece que el adjetivo los conmueva.

 

La nueva vicepresidenta ofrece transparencia

Ante el procurador Diego García, los titulares de los organismos de control y otras funciones del Estado, ministros y demás invitados especiales, entre ellos el cuerpo diplomático acreditado en el Ecuador, Vicuña pronunció un discurso de 20 minutos en el que agradeció al presidente Lenín Moreno por su confianza, ofreció honestidad y transparencia e hizo un llamado a la unidad, al diálogo y a mantener la democracia.

Vicuña habló de enmendar los errores, de no perder ni un segundo en peleas estériles y de consultar al pueblo las veces que sean necesarias para mantener la democracia. Tras el acto de posesión, la vicepresidenta abandonó el salón plenario para dirigirse a los exteriores, donde se había colocado una tarima desde temprano, en la que cantantes de música popular animaban a quienes se habían concentrado para celebrar su designación.

Desde allí, los militantes morenistas, flameando banderas verdes, blancas, rojas, amarillas y agitando globos celestes y verdes, siguieron el desarrollo de la sesión. En la tarima hubo también pancartas de apoyo al Sí en la consulta popular del próximo 4 de febrero.

Con la designación, primero, y la posesión de Vicuña hubo júbilo en las afueras del Legislativo, después de una sesión que comenzó cerca de las 16:00 y terminó a las 18:30.

Entre los asistentes estuvieron la canciller María Fernanda Espinosa y la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, que completaban la terna de la que se eligió a Vicuña.

Juicio a Glas

La Comisión de Fiscalización sesionará hoy en doble jornada. A las 10:00 conocerá la actuación del Pleno de ayer y a las 17:00 recibirá al exvicepresidente Jorge Glas, para que ejerza su derecho a la defensa dentro del proceso de juicio político en su contra.

Fuente: Expreso / El Telégrafo

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