UNIÓN EUROPEA DESAPRUEBA DECISIÓN DE DONALD TRUMP DE SUSPENDER LOS VIAJES DESDE EUROPA POR EL CORONAVIRUS.

Las instituciones comunitarias creen que se trata de una crisis global y no limitada a un continente.

La decisión de Estados Unidos de suspender los viajes desde Europa a partir de este viernes no ha sentado bien en Bruselas. Primero por las formas, una medida unilateral anunciada anoche por el presidente Donald Trump en un discurso a la nación que no fue precedido de consultas con sus socios europeos. Y segundo, por su contenido, un modo de señalar a Europa como epicentro del brote que las autoridades comunitarias estiman injusta. Así lo han hecho saber este jueves en un comunicado el presidente el Consejo Europeo, Charles Michel, y su homóloga de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “El coronavirus es una crisis global, no limitada a un solo continente, y requiere cooperación en lugar de medidas unilaterales”, han lamentado.

Los líderes europeos han dedicado solo tres frases a valorar la decisión de Trump. Estados Unidos busca evitar la expansión de los contagios desde una región con un índice mayor de casos, como es Europa, con unas restricciones que en principio estarán en vigor 30 días, pero Bruselas cree que, en un asunto de la máxima gravedad, resulta necesario hablar antes de actuar. “La Unión Europea desaprueba el hecho de que la decisión de Estados Unidos de imponer una prohibición a los viajes fuera tomada unilateralmente y sin ninguna consulta”, critica.

Es una realidad que la evolución del coronavirus es desigual en ambos bloques. Europa se acerca a los 23.000 contagiados y casi 1.000 fallecidos desde el comienzo de la crisis. Mientras que un recuento publicado anoche cifraba en más de 1.300 los infectados en EE UU, donde se contabilizan 38 muertes. Pese a ello, la UE considera que Washington se equivoca al buscar sus propias soluciones sin diálogo previo, en lo que supone el último agravio de una relación marcada por la desconfianza tras los choques por las amenazas comerciales de Trump o su respaldo público al Brexit.

La decisión tiene precedentes. El pasado 1 de febrero, cuando la epidemia en China todavía seguía fuera de control, Estados Unidos ya prohibió la entrada en su territorio a viajeros que hubieran estado recientemente en el gigante asiático. La medida fue anunciada solo un día después de emitir una alerta de no viajar a China.

Como cierre al breve recado dirigido a Estados Unidos, Von der Leyen y Michel señalan que “la Unión Europea está tomando importantes medidas para limitar la extensión del virus”. De momento, sin embargo, los Veintisiete están lejos de haber consensuado una respuesta común, y las únicas medidas coordinadas se refieren a la compra conjunta de material médico o el envío de fondos para financiar tratamientos y vacunas. Las políticas nacionales están siendo, hasta ahora, protagonistas. Por ejemplo, mientras en unas capitales se opta por el cierre de centros educativos como medida preventiva, en otras, las clases continúan sin que existan directrices sobre cuándo es recomendable implantar restricciones. La solidaridad tampoco está fluyendo como se esperaba en algunos casos, y países como Alemania y Francia han restringido las exportaciones de material sanitario hacia socios necesitados de mascarillas o respiradores, rompiendo así con la libre circulación de mercancías que estipula el mercado único.

En medio de esas brechas en la unidad de la UE, Bruselas ha elevado el tono en las últimas horas llamando a las cancillerías a combatir el virus de forma “agresiva”. Y achaca la disparidad en las medidas a que no todos los países se encuentran en la misma fase de propagación. Aunque Bulgaria, Chipre y Malta, los tres únicos países de los Veintisiete donde no se habían registrado casos, han dejado de estar libres de la enfermedad, su impacto es todavía muy desigual en la geografía continental.

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