TURQUÍA PLANEA ENVIAR TROPAS A LIBIA PARA APOYAR AL GOBIERNO DE TRÍPOLI.

Erdogan pedirá la autorización al Parlamento el 8 de enero para ayudar al primer ministro a afrontar el asedio del general rebelde Hafter.

El conflicto en Libia podría encaminarse hacia a una inexorable escalada militar. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el jueves su intención de presentar una moción en el Parlamento turco el próximo 8 de enero solicitando su autorización para el envío de tropas a Libia. El mandatario turco justificó su decisión como respuesta a una presunta petición del Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), reconocido por la comunidad internacional, y que se haya visto asediado por las tropas del general rebelde Jalifa Hafter. No obstante, el Ejecutivo de Trípoli todavía no confirmado públicamente el haber hecho llegar tal demanda a Ankara.

“Habida cuenta que ahora hay una invitación (de Libia), la aceptaremos… Presentaremos una propuesta de ley para enviar tropas a Libia tan pronto como el Parlamento reabra sus puertas”, declaró Erdogan en un discurso pronunciado en Ankara frente a responsables de su partido, el islamista AKP. Su anuncio llegó un día después de haber realizado una visita sorpresa a Túnez para entrevistarse con el nuevo presidente del país magrebí, Kais Said, con el fin de abordar la crisis libia. Hasta ahora, Túnez ha mantenido una estricta neutralidad en el conflicto libio que le ha permitido ser sede de numerosos encuentros diplomáticos.

La misma mañana del jueves, el ministro del Interior libio, Fathi Bashaga, abrió la puerta a la llegada de tropas turcas a Libia, si bien no la dio por hecho. “Si la situación escala, tenemos el derecho de defender a Trípoli y sus residentes. Haremos una petición oficial al Gobierno turco para que nos apoye militarmente y podamos así expulsar el fantasma de las fuerzas mercenarias”, advirtió Bashaga en una rueda de prensa celebrada en Túnez. Los Gobiernos de Trípoli y Ankara firmaron un acuerdo de cooperación militar y otro de delimitación de las fronteras marítimas que fueron ratificados con celeridad por el Parlamento turco.

Los últimos movimientos del Erdogan y del Gobierno de Unidad son una reacción al avance registrado recientemente por las tropas del general Jafter, que desde el mes de abril cercan Trípoli. El pasado 12 de diciembre, el veterano general, que habría recibido refuerzos por parte de las potencias que lo apoyan, anunció el lanzamiento de una nueva ofensiva militar sobre la capital que calificó de “decisiva”. Jafter es un aliado del Gobierno de Tobruk, situado en el este de Libia y que desde hace más de cuatro años libra una pugna con el Gobierno de Unidad no exenta de estallidos violentos por hacerse con el control del país, sumido en el caos ocho año después de la caída del régimen de Gadafi.

El bloqueo tanto político como militar en el conflicto entre las facciones libias ha resultado en una mayor ingerencia de las potencias extranjeras en el país magrebí, convertido en una codiciada pieza en el tablero geoestratégico regional. El Gobierno de Unidad cuenta con el apoyo de Turquía, Catar e Italia. Jafter, por su parte, se ha beneficiado de los favores de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y, de forma subrepticia, también de Francia.

De acuerdo con un informe de la ONU, ambos bandos han violado de forma “flagrante” el embargo de armas decretado por la institución internacional. En concreto, Emiratos Árabes y Jordania proporcionaron armamento a Hafter, mientras Turquía hizo lo propio con el Gobierno de Serraj. Además, numerosas informaciones apuntan que el general rebelde habría recibido también la ayuda de varios miles de mercenarios sudaneses y rusos, estos a través de la compañía de seguridad Wagner.

En su discurso del jueves, Erdogan se refirió directamente a la presencia de tropas extranjeras en territorio libio. “Rusia está allí con 2.000 Wagner. ¿Los ha enviado el Gobierno oficial? No”, espetó desafiante en presidente turco, que también hizo mención de unos 5.000 mercenarios sudaneses. “Todos ellos están ayudando a un señor de la guerra, mientras nosotros aceptamos la invitación del Gobierno legítimo de un país. Esa es la diferencia”, añadió.

“Turquía está siguiendo una estrategia con dos patas en Libia: la política y la militar. El anuncio del envío de tropas pretende no perder terreno en el frente de batalla, mientras el viaje de Erdogan a Túnez tenía como objetivo preparar la Conferencia de Berlín. La presencia y posición de Túnez allí serían importantes”, sostiene Bechir Jouini, un analista tunecino especializado en el avispero libio. La reunión en la capital alemana, auspiciada por la ONU, estaba prevista para el mes de octubre, pero fue aplazada sine die. En este enésimo intento de la comunidad internacional para consensuar un único enfoque respecto al conflicto libio, la Conferencia de Berlín congregará a los principales países implicados en la crisis libia, pero no a los actores locales.

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