PROCESOS DISCIPLINARIOS CONTRA RONNY ALEAGA Y FAUSTO JARRÍN SE ENREDAN EN EL CAL.

El Consejo de Administración de la Legislatura (CAL) prevé hasta la próxima semana resolver si se sanciona o no a los asambleístas Ronny Aleaga y Fausto Jarrín, del correísmo, por unas expresiones en contra de Diego Ordóñez, de Creo, quien presentó una queja contra ambos.

En el caso de Aleaga, la fase de pruebas se cerró el lunes pasado, pero no se presentó Ordóñez ante el CAL para sustentar la denuncia de que el legislador de UNES lo amenazó con “reeducarlo” en un debate en el Pleno. Aleaga, de su lado, pidió que se archivara esta queja por falta de sustento.

Mientras, Nathalie Arias (Creo), vocal del CAL, pidió a este organismo que Jarrín fuese sancionado con 10 días de suspensión por haber calificado de “vomitivo” a un discurso de Ordóñez, quien, a su vez, cumple una suspensión de 15 días por un tuit contra Mónica Palacios (UNES).

Los integrantes del CAL recibieron un oficio donde Jarrín “no solo admite la ofensa a un colega, sino que además amenaza con volver a hacerlo, y eso merece una sanción”, tuiteó Arias, quien sostuvo que el legislador “desinforma” sobre este proceso.

“¡El CAL me sanciona en un proceso sin derecho a la defensa y por contestarle a un machista violento al que voy a seguirle contestando las veces que sean necesarias!”, escribió Jarrín en Twitter.

El primer vocal del CAL, Darwin Pereira, confirmó que Jarrín todavía no ha sido sancionado, y que lo que se hizo ayer, miércoles 5 de enero de 2022, fue conocer el oficio y no dar paso a una práctica de pruebas, antes de la posible sanción que se definirá en 10 días.

Pereira mencionó que, aunque Jarrín haya reconocido sus expresiones contra Ordóñez, se debía cumplir con todos los pasos previstos en la Ley Legislativa, por lo que junto a Johana Moreira (ID) y Ronny Aleaga (Unes) no estuvieron de acuerdo con la mayoría del CAL para “saltarse” la práctica de pruebas de cargo y descargo.

A su juicio, todo se trata de una “vendetta” entre los asambleístas del correísmo y del oficialismo, que ha pasado a la cancha del CAL.

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