PRESIDENTE DE FRANCIA SEÑALA DE ‘COMPORTAMIENTO INACEPTABLE’ POR PARTE DE LA POLICÍA EN CONTRA DE MANIFESTANTES.

El presidente interviene tras varios casos recientes de excesos de las fuerzas del orden francesas.

Emmanuel Macron ha tomado cartas en la polémica recurrente en Francia sobre la violencia policial. El presidente francés señaló el martes “comportamientos inaceptables” por parte de agentes que han agredido a ciudadanos durante manifestaciones o en otras circunstancias. También deploró el “violencia” y el “nihilismo político” que ha visto en las protestas. La muerte reciente de un mensajero a manos de la policía en París y la circulación de imágenes de agentes apaleando a manifestantes han reabierto el debate sobre los métodos de las fuerzas de seguridad.

«Se han visto o se han señalado comportamientos que no son aceptables”, dijo el presidente en Pau (departamento de los Pirineos Atlánticos), donde el día anterior participó en una cumbre con los líderes de países del G5 del Sahel. El presidente encargó al ministro del Interior, el cuestionado Christophe Castaner, que le presente cuanto antes “propuestas claras para mejorar la deontología, los elementos de control”. “En ningún caso quiero que este tema acabe tapando la violencia profunda que aún existe en nuestra sociedad y de la que las fuerzas policiales son las primeras víctimas”, añadió. Castaner también ha hecho un llamamiento a la “ejemplaridad” y a la “ética” de los agentes.

Macron raramente se había pronunciado sobre los métodos policiales ante los manifestantes, un argumento recurrente, a veces hasta la hipérbole, de la oposición para reprocharle su supuesto autoritarismo y la deriva hacia un régimen policial desde que estalló la revuelta de los chalecos amarillos en noviembre de 2018. Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa, ha llegado a prometer una “Comisión de la Verdad y la Justicia sobre los abusos de poder y los crímenes del régimen macronista” si llegase al poder.

La violencia de los manifestantes, y la contundencia en la respuesta policial marcaron los meses de protestas semanales de los chalecos amarillos, un movimiento heterogéneo y desorganizado que expresaba la cólera de la Franca de las ciudades y pueblos contra Macron y las élites de París. Las protestas contra la reforma de las pensiones, que empezaron el 5 de diciembre pasado y estaban sometidas a la férrea organización sindical, fueron pacíficas, con contadas excepciones. Pero los disturbios acompañaron algunas marchas de la semana pasada, menos concurridas que las de diciembre y con una presencia de radicales del black bloc y de chalecos amarillos.

Desde la irrupción de los chalecos amarillos, se han registrado 2.448 heridos entre los manifestantes y 1.742 entre policías y gendarmes. El periodista David Dufresne, que lleva el registro en la publicación de izquierdas Mediapart, cita 318 heridas en la cabeza, 25 tuertos y cinco personas con la mano arrancada. En diciembre de 2018, una mujer de 80 años murió por el impacto de una granada lacrimógena de la policía que cayó en su apartamento de Marsella durante una marcha de los chalecos amarillos. El año pasado, tanto la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, como Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, expresaron su preocupación por los excesos de las fuerzas del orden y pidieron investigar.

En los últimos días, se han difundido por las redes sociales vídeos de un policía disparando una bala de caucho a poca distancia de un manifestante en París y de otro en Toulouse haciendo la zancadilla a una mujer. Más grave, el 5 de enero Cédric Chouviat, un hombre de 42 años, padre de cinco hijos, que trabajaba como mensajero, murió de un infarto después de ser asfixiado en el suelo durante un control policial tenso, dos días antes, cerca de la Torre Eiffel. El abogado de los agentes implicados sostiene que el hombre se había mostrado “agresivo”.

Los casos de excesos policiales colocan a Macron y al ministro Castaner en una posición delicada. Se ven obligados a avisar a sus agentes sobre los límites del uso de la fuerza y proponer reglas más claras. Al mismo tiempo, saben que el desgaste es notable en los cuerpos policiales después de 14 meses de manifestaciones continuadas, algunas con violencia dirigida contra ellos. Y deben evitar que los agentes vean en sus palabras un cuestionamiento general de su labor. El Gobierno ya afronta el descontento de sectores como los ferroviarios, los maestros, los médicos y enfermeros o los abogados. Los policías también han protestado ocasionalmente. El presidente no necesita avivar más focos del malestar.

MACRON PRESCINDE DE SÉGOLÈNE ROYAL.

Ségolène Royal —excandidata socialista a la presidencia de la República francesa y exministra de Medio Ambiente—anunció este martes su próxima destitución como embajadora de Francia a los Polos norte y sur. Royal, nombrada en su cargo por Emmanuel Macron, confirmó haber recibido una carta del Gobierno francés en la que se le anunciaban que el próximo Consejo de Ministros estudiaría el cese. El motivo son sus repetidas declaraciones públicas en contra de la reforma de las pensiones de Macron.

Carga policial el 9 de enero en Lille, en el norte de Francia

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