El presidente italiano, Sergio Mattarella, inició el jueves una nueva ronda de consultas sobre un futuro gobierno con contornos muy inciertos, ya que todos permanecen a la espera en sus posiciones.
A media mañana han comenzado a desfilar por el palacio del Quirinal, la sede presidencial, los responsables de los pequeños partidos. Las principales formaciones se esperan a partir de las 16H30 (14H30 GMT).
El objetivo es resolver la cuadratura del círculo entre Luigi di Maio, de 31 años, cabeza de cartel del Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema), primer partido de Italia con más del 32% de los votos en las legislativas del 4 de marzo, y Matteo Salvini, de 45 años, líder de la Liga (extrema derecha) y líder de la coalición de derecha que obtuvo un 37% de los votos.
Los dos dicen estar preparados para gobernar conjuntamente, pero Di Maio exige que la Liga rompa de antemano su alianza con Silvio Berlusconi, a lo que se niega Salvini.
Di Maio rechaza toda discusión con Forza Italia, el partido de Berlusconi, que para el M5E representa todos los males de la vieja clase política.
En este impasse, todas las miradas se vuelven al Partido Demócrata (PD, centroizquierda), gran perdedor de las legislativas con menos del 20% de los votos, pero cortejado por el M5E.
El partido está profundamente dividido entre los que prefieren esperar en la oposición en lugar de servir de «muleta» a cualquiera, como su exlíder Matteo Renzi, y los que abogan por el diálogo para evitar una posible alianza antisistema M5E-Liga.
La cuestión corre el riesgo de no poder decidirse antes del 21 de abril, fecha en la cual el PD debe elegir un nuevo secretario general tras la dimisión de Renzi.
Otra fecha límite se cierne sobre la coalición de derechas: las elecciones regionales del 29 de abril en Friuli (noreste), donde la Liga tiene la intención de ganar, pero para eso no puede permitirse romper su alianza con Forza Italia.
Fuente: AFP
