NICOLÁS MADURO: «DEJEN DE LAVAR POCETAS Y VENGAN A VIVIR A SU PATRIA»

 
Migrantes venezolanos recorren la vía hacia la ciudad colombiana de Bucaramanga desde Cúcuta. Foto: EFE (Schneyder Mendoza).

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se pronunció sobre la crisis migratoria que vive el país, enviando un mensaje a los millones de ciudadanos que están cruzando las fronteras, en autobuses o caminando, con destino a otras naciones buscando un nuevo horizonte: “Dejen de lavar pocetas y vengan a vivir a la patria”.

Maduro hizo estas afirmaciones en el Palacio de Miraflores, durante un acto con un grupo de empresarios que contemplaba la firma de convenios que le permitan a su Gobierno reactivar la menguada producción petrolera del país. El mandatario dijo que los emigrantes venezolanos “siguen cantos de sirena” y atribuyó el fenómeno a una “campaña de la derecha”.

Mientras, el ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, ofreció una alocución en la cual comentó que en el país viven al menos “seis millones de inmigrantes de Colombia, Ecuador y Perú, que han sido recibidos de forma solidaria, sin xenofobia y con los brazos abiertos”, y cuya atención, dijo, “ le cuesta al Estado venezolano más de 3.000 millones de dólares”. Rodríguez mostró unas gráficas en las cuales queda asentado que, en términos históricos, Venezuela ha sido el país que más inmigrantes ha recibido de toda América Latina.Parte importante de los integrantes de la diáspora venezolana actual está formada por ciudadanos que son hijos de colombianos, peruanos y ecuatorianos que llegaron al país en los tiempos de prosperidad económica venezolana de los años sesenta, setenta y ochenta. Con estas declaraciones el Gobierno de Venezuela da respuesta a un creciente entorno crítico internacional en su contra, que ya tiene expresiones diplomáticas, por su actitud indiferente ante la magnitud de la migración venezolana del momento.

El miércoles la televisión estatal difundió profusamente una noticia que documentaba la existencia de 89 venezolanos que fueron fletados de regreso a Caracas en un avión procedente del Perú, en la cual los pasajeros afirmaban estar felices de volver y contaron anécdotas de tratos discriminatorios. Maduro afirmó que los emigrantes venezolanos son ”esclavos económicos” y se mostró confiado en que la mayoría de ellos regresará una vez se sientan los efectos de su programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad.

La diáspora venezolana, un fenómeno absolutamente inédito en la historia del país, lleva años siendo tratada con soslayo y desinterés por la dirigencia chavista, que habitualmente atribuía el fenómeno a tensiones existentes en las capas medias y “las élites” nacionales, a las cuales, en más de una ocasión, se les ha invitado a abandonar Venezuela si no les gusta el socialismo.

El desborde migratorio venezolano de este año ha inundado, por primera vez, los sectores populares urbanos y rurales, que el chavismo tradicionalmente siente suyos, y ha dejado enmudecidos a dirigentes, intelectuales y periodistas que aún acompañan a Maduro. El IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela continuaba sus deliberaciones este fin de semana sin que nadie hiciera apenas mención a este fenómeno.

Solo Diosdado Cabello comentó brevemente que los despachos internacionales que documentan la marcha de ciudadanos venezolanos caminando a Ecuador constituían “un show”, en el cual periodistas y fotógrafos bajan a estas personas de los autobuses para ofrecer una imagen distorsionada que insinúe un estado de necesidad.

Se calcula, de acuerdo a la información que han proporcionado Gobiernos de estos países, que a la vuelta de un año, han emigrado más de 800.000 venezolanos a Colombia; 60.000 a Brasil; 300.000 a Ecuador; y poco más de 400.000, respectivamente, al Perú y a Chile. Todo esto en una nación que va para el millón por ciento de inflación y que, antes de esta crisis, no tenía tradición ninguna migratoria.

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