MUSCÚ ADMITE QUE LA EXPLOSIÓN EN UNA BASE RUSA ESTABA VINCULADA A PRUEBAS DE NUEVAS ARMAS.

Expertos nucleares de EE UU sospechan que el suceso ocurrió durante las pruebas de un misil de crucero de propulsión nuclear.

Cuatro días después de la misteriosa explosión que provocó la muerte de al menos cinco personas en una remota base del norte ruso, junto al mar Blanco, Moscú ha reconocido este lunes que el accidente estuvo vinculado con pruebas de “nuevas armas”. Durante un funeral en memoria de los científicos que murieron en el incidente, la agencia nuclear rusa (Rosatom) ha asegurado que “continuará el trabajo sobre este nuevo tipo de armas que, bajo cualquier circunstancia, se hará hasta el final”. “Es el mejor tributo que podemos rendirles”, ha señalado Alexéi Likhachev, director de Rosatom, que los considera “héroes nacionales”.

Likhachev ha presidido el funeral en la ciudad de Sárov, a 400 kilómetros de Moscú y donde se encuentra el Centro Federal Nuclear, que ha decretado dos días de luto oficial por la labor “de importancia nacional” que desarrollaban los científicos, “orgullo del país” y “orgullo del sector atómico”, ha rematado Likhachev. Las autoridades mantienen un considerable silencio en torno al accidente.

Mientras tanto, en la ciudad de Arjánguelsk el pánico ha llegado a muchos hogares. Después de que la Administración local reconociese que los niveles de radiación habían aumentado 20 veces su nivel normal durante media hora —aunque luego retiró la aseveración—, muchos ciudadanos se acercaron para comprar yodo, un químico que se usa en ciertos casos para limitar los efectos de la exposición de la radiación. “Nos han llamado muchísimo, nosotros ya no tenemos”, comenta por teléfono la responsable de la farmacia Jardín, de Arjánguelsk.

Rusia venía preparando hace casi ya un año las pruebas del misil que explotó en el polígono de la Marina de Guerra rusa, en la provincia de Arjánguelsk. Alexander Golts, reputado experto militar ruso, señala que es muy probable que la explosión se produjese durante las pruebas de un misil. “Una avería en un motor reactivo, como se dijo al principio, no puede llevar a un aumento de radiación en la zona. Así que excluyendo el resto de opciones, es posible que estuvieran probando un misil nuclear de crucero 9M730 Burevestnik, uno de los nuevos misiles anunciado por Vladímir Putin. Así que pudo ser una prueba fallida”, analiza.

El presidente ruso habló de esa nueva arma en 2018 y Defensa lo ha promocionado como un misil teóricamente capaz de usar una fuente de combustible nuclear a bordo y volar por períodos indefinidos. Sin embargo, muchos expertos han dudado de ese alcance ilimitado para penetrar en las defensas antimisiles de EE UU y la viabilidad de su tecnología. Nadie cuestiona que el proyecto existe, pero el camino hacia la producción de las nuevas armas está resultando más problemático de lo que se esperaba, como lo demostraría la explosión en el polígono de Arjánguelsk.

Si se confirman las sospechas de los especialistas estadounidenses de inteligencia, recogidas por The New York Times, se trataría, en terminología de la OTAN, de un SSC-X-9 Skyfall, un misil que tiene como principal característica su capacidad para llegar a cualquier punto del planeta, por contar con un pequeño reactor nuclear que eliminaría las limitaciones de alcance que tienen los misiles con combustible convencional.

Estos nuevos misiles conllevan un nuevo tipo de seria amenaza. Una vez en el aire, los Skyfall pueden maniobrar y volar a alturas relativamente bajas. Debido a ello, los sistemas antimisiles del Pentágono en Alaska y California son prácticamente impotentes ante este tipo de arma y serían incapaces de interceptarlos.

La comisión gubernamental que investiga la tragedia lo hace, como es tradición en estos casos, apelando al secreto de Estado y trata de que no haya fugas informativas, pero poco a poco se van conociendo detalles del incidente.

Según detalles dados por la Agencia Atómica Rusa, al producirse la explosión en la plataforma, algunas personas fueron arrojadas a las aguas. El que no hubieran informado inmediatamente de todos los muertos, se debe, explicaron, precisamente a que decidieron primero buscar hasta el último momento a los especialistas con la esperanza de encontrarlos con vida y, solo después de agotar todos los medios y recuperar los cuerpos, dieron la noticia.

Inicialmente, las autoridades informaron de que el accidente dejó dos muertos pero esa cifra ha ascendido finalmente a cinco, todos ellos especialistas que constituían “la élite del Centro Federal Nuclear”, según su director, Valentín Kostiukov.

Greenpeace Rusia no considera se puedan hacer analogías entre este incidente y lo ocurrido en la central atómica de Chernóbil en tiempos soviéticos. El principal problema para el país, según un portavoz de los ecologistas, no es en estos momentos el peligro de la repetición de Chernóbil, sino la generalizada actitud negligente que tienen las autoridades con respecto a los desechos nucleares.

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