En su exterior lucían como dos de los seis departamentos de un edificio en las calles Franco Dávila y Noguchi, en la Bahía, centro de Guayaquil. Sin embargo, al abrirlos se evidenció el almacenamiento de mercadería de una importadora que funciona en la planta baja de ese sitio. Inmediatamente una comisaria municipal y el equipo del operativo realizaron la clausura de estas dos bodegas que no contaban con permiso municipal ni del Cuerpo de Bomberos.
La mañana de este jueves 3, en esa misma cuadra, del lado de la calle Cacique Álvarez, otra importadora recibió el sello de clausura temporal por desaseo, es decir, por no contar con las normas de bioseguridad, entre otras medidas de higiene por la pandemia.
Estos operativos de clausura a bodegas o negocios que no tengan en regla los permisos son parte de las nuevas medidas de prevención del COVID-19 que contempló el COE cantonal el pasado miércoles para controlar la excesiva venta informal que causaban muchas aglomeraciones en esa zona comercial del centro.
Xavier Narváez, director del área de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, informó que este jueves 3 hubo un total de 160 sitios clausurados, entre bodegas, locales y espacios que no tenían los documentos para operar de forma legal.
Durante los operativos, personal de estos locales se mostró asustado ante los controles exhaustivos; muchos no quisieron cooperar, pero la presencia policial y de funcionarios ayudó a desarrollar de forma ágil esos procedimientos.
A más de estos operativos, otro equipo conformado por 160 agentes de control metropolitano y unos 50 uniformados de la Policía Nacional evitaron que comerciantes informales se coloquen en las veredas del sector de la Bahía como en días anteriores.
El comandante Jaime Dávalos, director del cuerpo de agentes metropolitanos, comentó que se evidenció un contraste en el orden de ese sector, ya que las veredas de la avenida Olmedo estuvieron despejadas de informales que no cumplen con todas las disposiciones de bioseguridad requeridas, como lo es el uso correcto de la mascarilla, el distanciamiento y el uso de alcohol o gel antibacterial.
Él comentó que se aumentó el personal de control y que estos operativos rigurosos se mantendrán, porque el fin es cuidar la salud de los que venden formalmente en ese sector y de los que van a comprar.
Reacción de comerciantes.
Ante estas restricciones, comerciantes informales se organizaron y desarrollaron una marcha pacífica con carteles desde la avenida Olmedo, caminaron por la avenida Malecón Simón Bolívar y llegaron a los exteriores del Municipio de Guayaquil, a la altura de la calle 10 de Agosto.
Ellos mostraban carteles en que se leía: “Alcaldesa, los hijos de los informales también comen”. “Queremos trabajar. Ayuda”. Sin embargo, muchos protestantes, incluidos venezolanos, no cargaban puesta su mascarilla de forma correcta, por lo que compañeros les pidieron que cumplan con esta disposición básica.
Representantes de este grupo se acercaron al municipio. En ese momento, todos los protestantes corrieron desde la avenida Simón Bolívar a la calle 10 de Agosto. Allí respaldaron a la delegación que fue a entregar los planteamientos para poder trabajar de forma más ordenada.
Ana López, residente del sector de El Fortín y comerciante informal de la Bahía, contó que buscan coordinar un programa de ordenamiento de los informales en el sector de la Bahía, para así tener la opción de ofrecer sus productos con precaución y evitar contagios.
“No tenemos empleo, ni sueldo, nadie que nos dé para salir adelante, solo nosotros mismos; pedimos que nos ordenen para seguir vendiendo”, manifestó la mujer.
Dueños de locales comerciales decidieron cerrar sus negocios en zonas aledañas a esas calles, por temor de que ocurrieran saqueos debido a la protesta de la mañana-
Agresiones en aceras.
El pasado miércoles se registraron enfrentamientos entre varios comerciantes en las calles Febres Cordero y Chile.
Richard Vaca, jefe del distrito 9 de Octubre, explicó que el incidente dejó dos detenidos y dos heridos.
