KYLIAN MBAPPÉ INSINÚA QUE PODRÍA IRSE DEL PSG.

La joven estrella francesa, que insinuó que podría irse del PSG, busca la misma consideración que tiene el brasileño. El club se apresuró a asegurar su continuidad.

El ambiente relajado que se percibía en las actitudes tranquilas y alegres de Thomas Tuchel, el entrenador del Paris Saint-Germain, o Thiago Silva, el capitán, ambos invitados en la gala anual de la Liga francesa que se celebró la noche del domingo en un palacio exclusivo de París, estilo belle époque, ha cambiado radicalmente en el seno del club desde las inesperadas declaraciones de Kylian Mbappé sobre su posible futuro fuera del equipo galo.

La inquietud se apoderó de la cúpula del PSG. Algunos empleados, con capacidad de decisión dentro del club o de influencia fuera, fueron convocados ayer con carácter urgente. Las reuniones físicas y telefónicas en la Factory, la sede de la compañía en Boulogne-Billancourt, se multiplicaron durante todo el día y dieron como resultado un comunicado oficial que aseguraba que el delantero no se moverá este verano del club parisino. “Lazos muy fuertes unen al PSG y a Kylian Mbappé desde hace dos años y la historia común continuará la próxima temporada. Con una ambición compartida de marcar la historia del fútbol europeo el año del 50º aniversario del PSG”, rezaba la nota del club. Para acabar definitivamente con los rumores, se espera que Tamim ben Hamad Al Thani, el emir de Catar y dueño del PSG, vuele a París con motivo del torneo de tenis de Roland Garros y apuntale la continuidad de su joya.

En cualquier caso, el pulso mediático que inició Mbappé con el club parisino tomó por sorpresa a todos en el seno del PSG. “Era el momento para decirlo. Soy una persona honesta. Cuando digo algo, lo pienso de verdad. Ahora ya lo he dicho. Si es con el PSG, mejor. Si es fuera, será fuera”, comentó con mucho aplomo el futbolista el domingo, tras recibir el trofeo que lo consagraba como mejor jugador de la temporada en la Ligue 1. Fuentes en el PSG consultadas por EL PAÍS indican sin embargo que estaban al tanto de las desideratas del jugador de 20 años, que ya se habían reunido con su entorno previamente y que se van a asegurar de que esté “feliz en París”. Descartan con rotundidad la hipótesis de que se pueda desvincular del proyecto catarí este verano. Añaden que, en realidad, Mbappé buscaría la misma consideración que Neymar dentro del club, que sea tratado de igual manera que el delantero brasileño de 27 años, el gran cabeza de cartel del PSG, y que se le escuche más a la hora de montar el equipo entre temporadas. En todo caso, Mbappé quiere que lo dejen de percibir como a una joven promesa.

“Decepcionado” este curso.

Según lo admitió en la gala, Mbappé se ha quedado “decepcionado” por la temporada de su equipo, eliminado por tercera vez consecutiva en octavos de final de la Champions tras sufrir una nueva remontada, esta vez frente al Manchester United. El PSG logró coronarse campeón de Francia en abril pero perdió su hegemonía doméstica al fracasar para revalidar sus títulos en la Copa de Francia y en la Copa de la Liga. Para dar más peso a su petición, Mbappé se apoya en su nuevo estatus obtenido el verano pasado de campeón del mundo con Francia, en todas las distinciones que le concedieron desde entonces, empezando por el trofeo Kopa de mejor futbolista joven del mundo, y en su posición de último rival de Leo Messi en la carrera por la Bota de Oro, con 32 tantos ligueros, a cuatro del 10 del Barça, a falta de una jornada por concluir la Liga en Francia.

El chico de Bondy, donde se forjó como futbolista en las afueras de París, aceptaría cada vez menos que el foco se centre en Neymar, cuyo rendimiento se ha mantenido por debajo de las expectativas.

El regreso el mes pasado del delantero brasileño tras recuperarse de una nueva rotura en el quinto metatarsiano del pie derecho anticipó sus inquietudes. Se siente frustrado, y busca más protagonismo dentro y fuera del campo. Desde su irrupción en la gran pasarela del fútbol mundial con el Mónaco, Mbappé nunca ocultó su intención de ganar el Balón de Oro (fue cuarto clasificado en 2018), y ve a Neymar, con quien tuvo varios desencuentros a su llegada en el vestuario del PSG en el verano de 2017, un rival más que un aliado.

Este primer golpe en la mesa supone un cambio de actitud para Mbappé, que se pone ahora más agresivo, casi amenazante. También recuerda a su ronda de declaraciones de amor que le llevó a salir del Mónaco hace dos años por 135 millones de euros (más 45 en variables). En caso de que decidiese forzar su salida del PSG, frente a la oposición del presidente, Nasser Al-Khelaïfi, Mbappé, que tiene contrato hasta 2023, podría correr el riesgo de no convertirse en el nuevo Neymar, sino en el nuevo Adrien Rabiot, puesto en cuarentena y vetado del equipo por no renovar.

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