JUSTICIA EUROPEA ABRE LA PUERTA A QUE LONDRES PARE EL BREXIT UNILATERALMENTE.

El abogado general de Luxemburgo considera que Reino Unido puede detener la salida sin la aprobación de la Unión Europea.

La posibilidad de que Reino Unido continúe como miembro de la Unión Europea si no sale adelante el acuerdo del Brexit de Theresa May se hace más factible a partir de este martes. El Tribunal de Justicia de la UE, con sede en Luxemburgo, en un dictamen preliminar del abogado general —cuyas opiniones se cumplen en el 80% de los casos— considera que Londres puede retirar unilateralmente la petición de salida de la UE antes de que se consume el Brexit. Es decir, el próximo 29 de marzo. La opinión del abogado general Manuel Campos Sánchez-Bordona no es vinculante, pero servirá de base a la futura sentencia (que está prevista salga antes de que finalice el año) y rebate la tesis de Bruselas, que defiende la necesidad del visto bueno de los 27 socios de la Unión para detener el divorcio.

«La revocación unilateral sería también una manifestación de la soberanía del Estado saliente, que opta por revertir su decisión inicial», argumenta el letrado. El caso puede dar fuerza a los partidarios de frenar el proceso de salida para convocar un segundo referéndum. Pero también puede servir para convencer a los parlamentarios británicos partidarios del Brexit de que conviene apoyar el acuerdo de salida propuesto por la primera ministra, Theresa May, para no arriesgarse a una continuidad sine die en el club europeo.

El Parlamento británico inicia este martes los debates sobre el acuerdo alcanzado por May con el resto de socios de la Unión. La decisiva votación del texto en el Parlamento británico se espera el 11 de diciembre. May ha advertido de que la alternativa a su oferta podría ser la completa cancelación del Brexit, una amenaza que parece más real tras la opinión de Sánchez-Bordona de este martes. «O es este acuerdo, o no habrá Brexit», ha repetido May durante las últimas semanas. «Es el único acuerdo posible», insistía el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Sánchez-Bordona fundamenta su decisión en varios motivos como que «la conclusión de un acuerdo no es un requisito para que se consume la retirada». O que «el Estado miembro que decida retirarse, notificará al Consejo Europeo su intención —y no su decisión— de retirarse, pudiendo variar dicha intención», entre otras razones.

«Como el Parlamento británico ha de dar su aprobación final, tanto si se logra un acuerdo de retirada como si no, varios diputados entienden que la revocabilidad abriría al Reino Unido la posibilidad de permanecer en la UE ante un Brexit insatisfactorio», explica el Tribunal en un comunicado de tres páginas. Londres, en cambio, aduce que la cuestión prejudicial es inadmisible, dado su carácter «hipotético y meramente teórico», pues no hay ningún indicio de que el Gobierno o el Parlamento británico vayan a retirar su petición de salida del club comunitario.

El abogado general cree, además, que deberían respetarse en todo caso los principios de buena fe y cooperación leal, para evitar que Londres pudiera abusar del procedimiento. Bruselas se resiste a la retirada unilateral por temor a que Reino Unido, u otro país en el futuro, aproveche el artículo 50 para chantajear al resto de socios con una amenaza de salida que no tiene intención de completar.

La cuestión de Escocia

El caso visto en la Corte de Luxemburgo procede de Escocia, una región británica que votó en contra del Brexit y que pugna por continuar en la UE. Varios diputados del parlamento escocés, junto a otros del parlamento británico y del europeo, plantearon ante un tribunal escocés la posibilidad de que Londres pudiera revocar unilateralmente la notificación de salida, cursada en base al artículo 50 del Tratado de la Unión. Ese artículo fija un plazo máximo de dos años para completar la salida. Pero no precisa nada sobre la posible suspensión del proceso.

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