JUEZ RECHAZA PARTE DE LA DEMANDA DE STORMY DANIELS A DONALD TRUMP Y LA OBLIGA A PAGAR LOS COSTES.

El presidente reacciona llamando «cara de caballo» a la mujer que reveló la aventura sexual entre ambos.

Un juez federal de California desestimó este lunes la demanda por difamación de la actriz Stormy Daniels contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La demanda en cuestión era una de las varias acciones judiciales de la actriz contra Trump, después de que este asegurara que una afirmación de Daniels en la prensa era “una estafa total”. El juez federal ha considerado que la libertad de expresión en EE UU ampara a Trump para opinar sobre las afirmaciones de Daniels.

Stormy Daniels, exactriz porno cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, puso una demanda contra el presidente el pasado 7 de marzo en la que pedía que un juez declarara nulo el contrato de confidencialidad que la obliga a guardar silencio sobre una supuesta relación sexual con Trump. Esa demanda sigue adelante. Después de meses respondiendo agresivamente a la demanda y amenazando con hundir económicamente a Daniels, los abogados del presidente cambiaron de estrategia el pasado septiembre y enviaron un escrito al juez diciendo que Daniels tiene razón, que el contrato es nulo, que lo dan por invalidado y que todo el proceso debería cerrarse. El juez no ha tomado una decisión definitiva sobre el asunto.

Sin embargo, del caso han ido saliendo derivadas. Una de ellas es la investigación del pago a Daniels por su silencio, que acabó en una investigación penal del FBI en la que el abogado personal de Trump, Michael Cohen, se declaró culpable. Cohen reconoció que el pago a Daniels violaba las normas de financiación de campaña, un delito federal, y en su declaración implicó al presidente como cómplice e inductor del delito. Nadie sabe cuáles son las consecuencias de esto, pues el presidente no puede ser imputado en una causa penal.

Otra derivada surgió de la afirmación de Daniels, durante una entrevista, de que un hombre las había amenazado a ella y a su hija pequeña en un aparcamiento de Las Vegas en nombre de Trump para que mantuviera silencio. Según su relato, sucedió en 2011, cuando ella había concedido una entrevista a la revista In Touch en la que contaba su affaire con Trump. Después de relatar este episodio, hizo un retrato robot del hombre que la amenazó. Trump, en su primera y única reacción en Twitter sobre este asunto, dijo: “Un boceto hecho años después sobre un hombre que no existe. Una estafa total. Está tomando el pelo a los medios de noticias falsas (y ellos lo saben)”.

Daniels demandó entonces a Trump por difamación. Afirmaba que en ese tuit el presidente atacaba su credibilidad y la dejaba de mentirosa. Este lunes, el juez federal James Otero, de California, ha dictado que no puede censurar la “hipérbole retórica” del presidente sin afectar a su capacidad de hacer su trabajo. Una respuesta fuerte de un político a otro o a cualquier figura pública no puede ser censurado. “Esto privaría al país del discurso común al proceso político”, razona el juez Otero. La decisión de Otero además obliga a Daniels a pagar los costes de la defensa de Trump en este caso. La cantidad no ha sido determinada aún, pero el juez avisa de que debe ser “razonable”.

El abogado de Daniels, Michael Avenatti, que a través de este caso se ha posicionado en los medios como uno de los principales agitadores anti Trump del país, reaccionó en Twitter diciendo que piensa recurrir la decisión. El objetivo último de Avenatti es hacer declarar a Trump bajo juramento.

El martes por la mañana, Trump reaccionó a la sentencia con un ataque personal contra Daniels sin precedentes desde que empezó el caso, en el que se ha manejado con relativa prudencia para lo que es habitual en él. «Ahora puedo ir a por cara de caballo y su abogado de tercera», dijo en un tuit en el que celebraba la sentencia y se jactaba de que ella tenga que pagar la defensa de él.

El ataque llega en un momento de profunda preocupación para el Partido Republicano porque las encuestas dicen que están perdiendo el voto de las mujeres blancas de clase media en los suburbios de las grandes ciudades, un grupo demográfico que podría hundir a los candidatos republicanos en distritos clave para el control del Congreso en las elecciones del 6 de noviembre. La imagen de los republicanos ya estaba sufriendo entre las mujeres por el auge del movimiento MeToo, surgido hace un año, y por el espectáculo de la confirmación del juez Brett Kavanaugh como magistrado del Tribunal Supremo, en la que los republicanos mostraron desinterés por la declaración de una mujer que afirmaba que Kavanaugh la había asaltado sexualmente.

Stormy Daniels reaccionó a su vez al tuit de Trump metiéndose con su capacidad sexual. «Empieza el juego, pequeñín».

El presidente tiene pendiente al menos otra demanda por difamación derivada de su reacción ante mujeres que le acusan de conducta inapropiada. La exconcursante de The Apprentice Summer Zervos le denunció en enero de 2017 después de que Trump calificara de mentira la acusación de que se propasó con ella. A pesar de varios intentos, el equipo legal del presidente no ha conseguido parar la demanda, que puede obligarle a declarar.

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