El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, renunció ayer a su cargo, justo cuando se inicia la organización de una consulta popular planteada por el presidente Lenín Moreno, con la que pretende modificar las acciones políticas del exmandatario Rafael Correa.
Ayer, Pozo, la vicepresidenta Nubia Villacís y el consejero Paúl Salazar cumplieron su periodo constitucional de estar seis años en el cargo, pero por un pronunciamiento de la Procuraduría del Estado y el Decreto presidencial 190 debían mantenerse en funciones hasta que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPC) elija a sus reemplazos.
Aun así, Pozo decidió marcharse y lo hizo en una ceremonia de rendición de cuentas en uno de los salones de la Asamblea Nacional. Ahí dijo que cumple con su deber al decidir terminar sus funciones al concluir el periodo constitucional para el que fue designado, aun cuando exista la vía legal para la prórroga de sus funciones.
“Dejo mi condición de presidente y consejero del órgano electoral, pero sigo teniendo la principal condición, la de ciudadano”, destacó.
Con su salida se profundiza la división interna en el CNE, que se evidenció por el pedido de una facción correísta de Alianza PAIS, liderada por Gabriela Rivadeneira, quien solicitó delegados electorales para que observen la convención de AP, convocada en Esmeraldas.
Para las 12:00 hoy está prevista una sesión del pleno del CNE, donde deberá actuar la única vocal suplente posesionada, Luz Haro, mientras que la activista Solanda Goyes reclama su principalización.
En la sesión se conocerán la renuncia de Pozo y los decretos ejecutivos 229 y 230, con los que el mandatario decidió convocar a referéndum y consulta, debido a que la Corte Constitucional (CC) no emitió su dictamen constitucional en un plazo de 20 días, según el artículo 105 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales.(I)
Fuente: EL UNIVERSO/ ECUAVISA
