Israel dijo este lunes que canceló un plan para deportar a inmigrantes africanos y anunció en su lugar un acuerdo con el organismo de la ONU para los refugiados para enviar a más de 16.000 inmigrantes a países occidentales.
Otros inmigrantes, muchos de los cuales están buscando asilo, tendrán permiso para quedarse en Israel durante al menos los próximos cinco años, dijo la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu en un comunicado.
El futuro de unos 37.000 africanos en Israel ha supuesto un dilema moral para un Estado fundado como refugio para los judíos perseguidos. El Gobierno de derecha está bajo presión de su base de votantes nacionalistas para que expulse a los inmigrantes, mientras que otros demandan su acogida.
En febrero, Israel comenzó a notificar a 20.000 hombres africanos que tenían dos meses para abandonar el país o corrían el riesgo de ser encarcelados.
El Gobierno israelí ha ofrecido a los inmigrantes, la mayoría de los cuales son de Sudán y Eritrea, 3.500 dólares y un pasaje en avión para un destino seguro en otro país del África subsahariana, que según medios israelíes sería Ruanda.
Pero grupos de derechos humanos que defienden a los inmigrantes dicen que muchos de ellos huyeron de abusos y de la guerra, y que su expulsión, incluso a un país diferente de África, los pondría en peligro.
Los grupos habían desafiado el plan de deportación ante el Tribunal Supremo de Israel, que el 15 de marzo ordenó temporalmente congelar la medida.
«Israel y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) han alcanzado un entendimiento sin precedentes para la marcha de al menos 16.250 inmigrantes a países occidentales», dijo el comunicado israelí, sin dar el nombre de los países.
Una portavoz de Acnur confirmó el acuerdo, pero no entregó detalles
Fuente: eluniverso.com
