A los 96 años fallece Pancho Segura Cano, la leyenda del tenis ecuatoriano

La gloria del tenis ecuatoriano Francisco Segura Cano falleció la noche del sábado 18 de noviembre a causa de un paro cardiorrespiratorio, a los 96 años.

El guayaquileño es considerado uno de los mejores tenistas ecuatorianos de la historia.  Entre su basta gloria deportiva, resaltan sus títulos mundiales en singles (1948-1949), además de los que consiguió en dobles (1950, 1951 y 1957). También fue campeón bolivariano, sudamericano y monarca en decenas de torneos realizados en Estados Unidos.

La historia de ‘Pancho’ marcó  un punto y aparte en el deporte blanco preferido por la élite mundial y guayaquileña. De origen humilde, inició como pasabolas en el Guayaquil Tenis Club. Allí aprendió a jugar, de forma empírica, viendo jugar a tenistas de la época, como Nelson Úraga.

Según su libro biográfico, escrito por la inglesa Caroline Seebohm, detalla que tuvo complicaciones al nacer, tras ser prematuro. Debido a su falta de recursos económicos, sufrió de hernias, malaria y raquitsmo. Y su conocida limitación física, tenía las piernas torcidas. 

Medía cerca de 1,60 metros, una baja estatura para competir a nivel mundial. Sin embargo, se destacó al punto de formar parte –actualmente- del Salón de la Fama Tenis Internacional en Newport, en 1984.

Diario el Universo de Julio de 1984

El periodista e historiador Ricardo Vasconcellos R. escribió en su columna Los 95 años de Pancho Segura Cano sobre la incorporación del nombre de esta gloria deportiva en el Salón Internacional de la Fama. «No existe hasta hoy ningún deportista nacional, a excepción de Pancho, que haya sido propuesto, peor incluido, en un salón de la fama mundial. En el caso de nuestro deportista, logró la aprobación en 1984».

Prosigue: Otra de las leyendas, Jack Kramer dijo en su proposición: “Francisco Pancho Segura poseía el tiro más grande en la historia del tenis, un golpe de derecha letal con las dos manos. Segura despachaba su golpe de derecha a dos manos con una intensidad casi maniaca. Llevaba la raqueta hacia atrás más allá de sus caderas y luego extendía sus brazos buscando la pelota y terminaba con un golpe limpio por encima de su hombro derecho. Su impulso lo llevó a la cumbre, haciendo de él un rival difícil de enfrentar”.

Se mudó a Estados Unidos a finales de los años 40’, donde radicó hasta el día de su muerte. Allí se perfeccionó como tenista y finalizó como entrenador, primero en Beverly Hills Tennis Club y luego en La Costa Resort. Entre sus alumnos más importantes destaca Jimmy Conors, ganador del Abierto de Australia, Wimbledom, Abierto de Estados Unidos.

Fuente: EL Comercio/ EL Universo / Edición: Radio Atalaya 

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