Exagente Raúl Ch. dice que recurrió a autoridades para pedir ayuda

Para el agente de Inteligencia Raúl Ch. los meses y años siguientes al 13 de agosto de 2012, que falló la operación en Colombia contra Fernando Balda, le significaron pasar del reclamo porque los políticos lo habían usado para resolver sus disputas a rogar a autoridades para que lo ayudaran a resolver su situación legal, e incluso lo llevaron a grabar clandestinamente diálogos en reuniones con quienes sabían del caso.

En casi cinco horas de testimonio, el pasado miércoles, Raúl Ch. contó que cuando el objetivo de la operación cambió de saber qué hacía Balda en Colombia a traerlo a Ecuador, Pablo Romero, el extitular de la Secretaría de Inteligencia (Senain), le aclaró que la acción contra el político debía ser rápida y profesional. Le advertían que “sería atroz para Ecuador y para el presidente” si él se dejaba detener por autoridades.

El que Romero, jefe inmediato de Ratón (como lo conocían a Raúl Ch.), le repitiese una y otra vez que todo iba a estar bien le hizo sospechar que iban a darle la espalda y que la situación se complicaría, recordó el acusado.

Mientras seguía con su trabajo de barridos electrónicos en Guayaquil, Raúl Ch. buscó que lo recibieran en el Ministerio del Interior. En ese entonces, información periodística los señalaba a él y a Jéssica F. como secuestradores. El general Diego Mejía lo habría recibido y le preguntó cuáles eran las directrices que iban a seguir.

Al Ratón le dijeron que ya existían disposiciones para que Ledy Zúñiga, asesora del Ministerio del Interior, viajara a Colombia para resolver el caso Angostura y el caso Balda.

Dicho viaje, según Raúl Ch., se habría dado entre el 23 y el 25 de noviembre de 2012.

La desesperación porque nadie lo ayudaba frente al problema legal en Colombia hizo que Raúl Ch. no solo suplicara ayuda a Romero en su suite, sino que también tuviera la idea de grabar la conversación entre Pablo Romero y Rafael Correa. El audio sería parte de las pruebas que presentó dentro de la cooperación eficaz.

Ayer, Romero debía rendir su versión, mediante videoconferencia, desde Madrid, España, pero por segunda vez no se presentó. Al expediente ingresó un documento en el que él indica que debido al “fundado temor de persecución que sufre” no encuentra conveniente presentarse en ninguna instancia oficial o dependencia del Estado.

Entre el 23 de septiembre y el 29 de diciembre de 2015, Raúl Ch. envió cuatro cartas a Correa haciéndole saber de su situación y de que nadie en el Gobierno lo ayudaba.

El 30 de diciembre de 2015 afirmó que recibió una respuesta de Alexis Mera, secretario Jurídico de la Presidencia. La contestación fue que eso tenían que solucionarlo las instituciones anexadas.

Las acciones para conseguir ayuda, mencionó Ratón, habrían llegado también a la Asamblea, en donde José Serrano era el presidente. En marzo del 2018, Raúl Ch, se reunió con él y le contó lo que vivía y le pidió auxilio.

En toda institución o autoridad que visitó, el expolicía recibió las mismas respuestas: “Tranquilo, nadie te va a tocar”, “No te preocupes, tenemos el poder hasta 2024”…

Hasta el cierre de la edición, el ex fiscal general Galo Chiriboga se encontraba dando su versión. Abogados de la parte acusadora y de los procesados creen que él tiene que explicar por qué en su administración “no se hizo casi nada” por investigar el secuestro.

Fuente: eluniverso.com

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