EL PRIMER MINISTRO BRITÁNICO RECHAZA PETICIÓN ESCOCESA DE CELEBRAR UN SEGUNDO REFERÉNDUM DE INDEPENDENCIA.

El primer ministro británico responde a la ministra principal de Escocia que los dos gobiernos se comprometieron a respetar el resultado de la consulta secesionista de 2014.

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha rechazado este martes la petición de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, de celebrar un referéndum independentista, según ha anunciado el propio líder conservador en su cuenta de Twitter. «El pueblo escocés votó decisivamente [en 2014] para mantener unido el Reino Unido, un resultado que tanto el Gobierno escocés como el británico se comprometieron a respetar. Hagamos de 2020 un año de crecimiento y oportunidades para todo el Reino Unido», ha escrito Johnson en esta red social en respuesta a la petición que Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés (SNP), realizó el pasado diciembre para que Downing Street permitiera la celebración de un nuevo referéndum de independencia a finales de 2020.

Johnson, tras «tomar nota de los argumentos» planteados por Sturgeon en diciembre para justificar un traspaso de competencias al Parlamento escocés, ha recordado que tanto ella como su predecesor, Alex Salmond, plantearon como «promesa personal» que la consulta de 2014 era «única en una generación». Dicha votación concluyó con una mayoría de la ciudadanía respaldando la permanencia del territorio en el Reino Unido, pero Sturgeon alegó que el contexto general había cambiado con el inminente Brexit —el 62% de los escoceses rechazó la salida del Reino Unido de la UE— y planteó repetir la consulta en 2020. Los electores premiaron su estrategia en las elecciones del pasado diciembre, en las que el SNP obtuvo 48 de los 59 escaños en juego en Escocia, una victoria arrolladora en este territorio.

Johnson ha señalado que seguirá ciñéndose a la «decisión democrática» de la consulta secesionista de 2014. «Por este motivo, no puedo aceptar ninguna petición para transferir competencias que lleve a nuevos referéndums independentistas», ha advertido el primer ministro en su misiva, en la que considera que «otro referéndum independentista prolongaría el estancamiento político que Escocia ha visto en la última década, con escuelas, hospitales y empleos de nuevo olvidados por una campaña centrada en separar al Reino Unido».

La ministra principal de Escocia, Sturgeon, ya ha esbozado un plan de actuación concreto para que se celebre una nueva consulta este año. Cuenta con mayoría parlamentaria para impulsarlo, pero también es consciente de la división que provocaría en Escocia. Y aunque no se ha comprometido públicamente a desplegar una vía unilateral, extraoficialmente el SNP rechaza seguir los pasos del independentismo catalán e impulsar un referéndum al margen de la ley. De momento, su estrategia consiste en que los diputados nacionalistas en Westminster saquen a colación el asunto en cada una de sus intervenciones. Escocia debe celebrar elecciones regionales en mayo, y laboristas y conservadores se encuentran en una difícil situación. Las encuestas no arrojan una mayoría clara a favor de la independencia, pero sí muestran un apoyo generalizado entre los escoceses a que se permita una nueva consulta.

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