EL PRESIDENTE DE FRANCIA EMMANUEL MACRON HA RECHAZADO DEMANDA DEL NUEVO PRIMER MINISTRO BORIS JOHNSON PARA RENEGOCIAR EL BREXIT.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha rechazado este jueves la demanda del nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, para renegociar el acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea. Pero ha aceptado la idea, sugerida por la canciller alemana Angela Merkel el día anterior, de darse un plazo de 30 días para escuchar las alternativas que Londres quiera proponer a la llamada salvaguarda irlandesa (backstop, en inglés). Este mecanismo permitiría mantener abierta, tras el Brexit, la frontera entre Irlanda del Norte, que forma parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, miembro de la UE.

“No encontraremos un nuevo acuerdo de retirada en 30 días que sea muy distinto del que existe”, dijo Macron al recibir a Johnson en el palacio del Elíseo, en París. El presidente francés insistió en que el backstop es “una garantía indispensable para preservar la estabilidad de Irlanda y la integridad del mercado único”.

Esta cláusula evitaría que, una vez que los Acuerdos del Viernes Santo de 1998 permitieron suprimir la frontera entre las dos Irlandas, se erigiese una nueva. Al mismo tiempo, mantendría a Irlanda del Norte dentro del mercado europeo. El Gobierno británico teme que esto sea una manera de anclar al Reino Unido en la unión aduanera europea.

Johnson sugirió la posibilidad de establecer controles aduaneros entre las dos Irlandas con nueva tecnología que los permitiría sin imponer una frontera.

“Por supuesto que yo quiero un acuerdo, y podemos alcanzar un acuerdo”, dijo Johnson en el Elíseo, antes de almorzar con Macron. “Y las conversaciones en Berlín con nuestros amigos nos han animado”. También reiteró su mantra sobre la salida de la UE el 31 de octubre, «haya o no haya acuerdo». En este punto, el primer ministro británico coincide con el presidente francés, contrario a aplazar de nuevo la fecha de salida.

Francia dice estar preparada para la posibilidad del Brexit duro, que podría tener un impacto al restablecerse los controles aduaneros en la frontera marítima del puerto de Calais y en el Eurotúnel, que conecta Gran Bretaña con continente bajo el canal de la Mancha.

Además del Brexit duro, que Francia asume como un escenario cada día más verosímil, y la renegociación del acuerdo, que rechaza, Macron señaló otra vía de solución: que se produzca “un hecho político nuevo” en el Reino Unido. Es decir, o elecciones generales, que podrían dar una mayoría parlamentaria que aprobase el acuerdo del Brexit, o un referéndum sobre este acuerdo.

Macron recibió a Johnson, como es costumbre con los invitados extranjeros, al pie de la escalinata frontal del Elíseo. Después hablaron 16 minutos ante la prensa, en una ambiente amistoso y con un mensaje común, pese al Brexit, la alianza francobritánica es sólida y tiene un gran futuro por delante.

La canciller alemana ha mostrado en las negociaciones del Brexit un rostro más conciliador que Macron. Ya sea porque el impacto del Brexit duro podría ser mayor en la economía exportadora alemana, o también porque haya algo similar a un reparto de papeles en el esquema de poli bueno (Merkel) y poli malo (Macron).

“En 30 días necesitamos visibilidad”, dijo Macron. El negociador europeo, Michel Barnier, y los negociadores británicos se encargarán, en este periodo, de buscar una solución “sin cambiar los equilibrios profundos del acuerdo de retirada”, explicó.

El nuevo plazo puede interpretarse como una señal de flexibilidad por parte de Macron y de Merkel. Pero también como un movimiento táctico en el pulso, que probablemente se intensificará cuanto más de acerque la fecha límite, para eludir la responsabilidad del Brexit duro y echársela al contrario. Que nadie diga que no se ha intentado hasta el último momento.

“En el próximo mes no vamos a encontrar un nuevo acuerdo de retirada que esté lejos de las bases. Si hay cosas que, en el marco de lo negociado por Michel Barnier, puedan ser adaptadas y estén conformes con los dos objetivos mencionados, la estabilidad en Irlanda y la integridad del mercado único, deben encontrarse en el mes que viene”, dijo el presidente francés.

“Si no, significa que el problema es más profundo, que es más político, que es un problema político británico», añadió. «Y, en este caso, no es la negociación lo que lo arreglará sino que es una decisión política que debe tomar el primer ministro británico. No nos corresponde a nosotros”.

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