EL PARLAMENTO PROHÍBE A THERESA MAY QUE SE PRESENTE POR TERCERA VEZ SU PLAN DEL BREXIT SI NO INTRODUCE CAMBIOS.

La decisión del ‘speaker’ John Bercow pone en riesgo la estrategia del Gobierno.

El Parlamento del Reino Unido ha advertido este lunes a Theresa May de que no aceptará que someta su plan del Brexit a una tercera votación si el contenido del texto es el mismo. La crisis política que vive el país es, en una de sus múltiples derivadas, un pulso constitucional entre el Legislativo y el Ejecutivo. Y el primero tiene como defensor a una de las figuras más notables de este drama, el speaker(presidente de la Cámara) John Bercow.

Varios diputados habían exigido un pronunciamiento a Bercow ante la estrategia ensayada por el Gobierno de May de someter a constantes votaciones su acuerdo de salida con la UE, con la esperanza de acabar doblegando voluntades y sacar el texto adelante. El speaker, consultados los letrados de la Cámara, ha anunciado su decisión a primera hora de la tarde. Tras indagar en el llamado Erskine May, el manual de procedimiento parlamentario más venerado en Westminster (escrito en 1844 por el abogado, parlamentario y constitucionalista del mismo nombre), Bercow explicaba los precedentes que le habían llevado a su resolución presidencial. “Las decisiones de esta Cámara importan. Tienen peso. Se trata de una regla necesaria para asegurar que se haga un uso respetuoso de su tiempo de y que las decisiones que adopte sean respetadas”.

Bercow se ha remontado al siglo XVI para describir el origen de este uso parlamentario, y ha descrito al menos cuatro precedentes en los que fue aplicado (el último, en 1912). Para regocijo de los laboristas y conservadores euroescépticos presentes en la Cámara, el speaker ha advertido al Gobierno de May, que calcula en estos momentos si presenta ante el Parlamento por tercera vez su plan del Brexit antes del próximo Consejo Europeo del jueves, de que solo aceptará incluir esa nueva moción en el orden del día si no es, en esencia, la misma que rechazaron de nuevo los diputados el pasado jueves con una diferencia de 143 votos. “Si el Gobierno somete a votación de esta Cámara una nueva moción que no sea la misma, literal o sustancialmente, que la presentada para debate y votación el pasado 10 de marzo, será incluida en el orden del día”, ha explicado Bercow.

La decisión de la Presidencia de la Cámara pone nuevos palos en las ruedas de May, quien jugaba con llevar al límite la presión sobre los euroescépticos para que acabaran respaldando su plan. En primer lugar, porque Downing Street confía en obtener el apoyo de sus socios norirlandeses del DUP (con el cebo de que el Parlamento de Irlanda del Norte tenga voz y voto a la hora de levantar el llamado backstop, o salvaguarda irlandesa) y arrastrar de ese modo al ala dura del partido del Gobierno. Pero en segundo lugar, porque May ya ha anunciado como condición para que la prórroga de la fecha de salida -fijada oficialmente el 29 de marzo- sea breve, de apenas dos meses, que Westminster deber dar luz verde a su plan del Brexit. De no ser así, ha amenazado, se solicitará a los Jefes de Estado y de Gobierno europeos una prórroga más larga, de hasta dos años, que diluiría notablemente las esperanzas de los euroescépticos de lograr algún tipo de Brexit y forzaría al Reino Unido al sinsentido de tener que participar, a finales de mayo, en las Elecciones al Parlamento Europeo.

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