Diez semanas esperaron vivos a Óscar Villacís y Katty Velasco; hoy los velarán

En los hogares de Katty Velasco y Óscar Villacís están listos para recibir los cuerpos que llegarán desde Pasto, Colombia, una vez que con pruebas científicas se comprobó que se trataba de la pareja secuestrada hace dos meses y medio en la frontera norte, asesinada dos semanas después y localizada en Tumaco, el pasado fin de semana.

La pareja será velada por separado, cada uno en la casa de su madre, y el entierro se dará en el cementerio Central de Santo Domingo. A sus familiares les cuesta aceptar que tras un viaje que realizaron en motocicleta regresen en féretros.

En una pared de la pequeña sala de la casa de Adelaida Pinargote, madre de Katty, se encuentran siete fotografías de la joven de 20 años junto a su familia. Desde su secuestro, a mediados de abril, sus hermanas decidieron tomar fotos de su álbum personal y colocarlas visibles para siempre recordarla.

En su casa, en la cooperativa Venceremos, esperan por ella su abuela Aurora; su padre, José; sus hermanos, sus sobrinos y su hija de cinco años. La pequeña no comprende lo que ocurre y la abrazan su abuelo y tías, quienes evitan responderle la pregunta que cada día les hace: “¿Dónde está mi mamá?”.

El padre de Katty llegó de Guayaquil y le cuesta aceptar lo que le ocurrió a su hija. Como creyente evangélico indica que siempre se mantuvo en oración con la esperanza de volver a verla. “El domingo soñé a mi hija, que estaba acostada dormida. Enseguida pensé que era una señal para volver a verla”, señaló.

La noticia de la confirmación de la muerte de Katty la recibió en su trabajo. Sintió que el mundo se le derrumbaba. “Se me acabó todo, mis compañeros me dieron fuerzas, me fui donde mi jefe y le conté, salí del trabajo y no sabía qué hacer”.

La abuela de Katty, Aurora, no se despega de una fotografía de ella y su hermana Ana. La sostiene en sus manos y cada vez que la recuerda, llora. “Yo les sabía cocinar a mis nietas cuando iban a mi casa, la última vez que vi a Katty le di dé comer gallina, qué dolor que siento con todo esto”, indicó Aurora.

En la casa de la madre de Óscar, en el barrio Luz María Burneo, mantienen su cama intacta, porque tenían la esperanza de que regresara a dormir en la vivienda que compartía con sus cinco hermanos. Su hermana mayor, Sulay, es quien alista los pormenores para recibir su féretro. “Cuando salió mi hermano a su viaje en moto me dijo que regresaba, pero nunca pensé que volvería muerto”.

Comentó que el día del viaje le prestó dinero, pero algo raro ocurrió. “Él se regresó y me dio $ 20 del mismo dinero que le di, me dijo que eso era un interés que me pagaba para que no me olvidara de él”, añadió.

Para la velación esperan a familiares de varias provincias del país y también aguardan por la hija de 11 meses de Óscar que llegará desde Manta.

Decidimos velarlo en el patio de su casa, porque en ese lugar compartió con su madre y sus hermanos. Le decían el Loco. Aquí él guardaba sus motos y aquí lo vamos a recibir.

Fuente: eluniverso.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *