Crean los primeros monos clonados con la técnica de la oveja ‘Dolly’

Se llaman Zhong Zhong y Hua Hua. Aunque son genéticamente iguales, no son gemelos y tampoco nacieron en la misma fecha, sino con dos semanas de diferencia -hace seis y ocho, respectivamente-.

Son los primeros clones de mono creados con la técnica que dio lugar la conocida oveja Dolly, la transferencia nuclear de células somáticas (SCNT, de sus siglas en inglés), una técnica que aunque tiene ya más de 20 años, nunca se había practicado con éxito en monos, un excelente modelo de investigación clínica por su lógico parecido a los humanos. 

Científicos chinos han anunciado hoy el nacimiento de los primeros monos clonados usando la misma técnica con la que en 1996 se creó la oveja Dolly, el primer mamífero del mundo nacido por este método. Aunque la clonación se ha logrado ya en 23 especies de mamíferos, hasta ahora había sido imposible forzar la biología de los primates, mucho más cercana a la humana, para desarrollar animales sin malformaciones ni generar abortos espontáneos que son relativamente frecuentes en estos casos.

La investigación puede resultar polémica porque acerca la posibilidad de clonar otras especies de primates e incluso humanos, como han reconocido los responsables de la investigación a Materia. “No hay barreras para clonar primates, por lo que la clonación de humanos está más cerca de hacerse realidad”, ha explicado Mu-Ming Poo, director del Instituto de Neurociencias de Shanghái y coautor de la investigación. “En cualquier caso nuestro objetivo es producir primates no humanos para investigación, no tenemos ninguna intención de extender esta investigación a personas, la sociedad no lo permitiría”, ha añadido

El objetivo es crear grupos de monos genéticamente idénticos, algo que los investigadores consideran “esencial” para la investigación de ciertas enfermedades. “Para muchas dolencias, sobre todo mentales, necesitamos nuevos modelos animales más parecidos a los humanos que los ratones. Muchos fármacos que resultan efectivos en ratones contra enfermedades cerebrales resultan inefectivas en humanos y causan efectos secundarios serios”, argumenta Poo.

Este tipo de animales podría incluso reducir el número de simios usados en investigación. “Las compañías farmacéuticas emplean decenas de miles de monos cada año en ensayos preclínicos de fármacos. Necesitan muchos animales porque tienen una genética muy variada. Usar monos clonados reducirá el número de ejemplares en estudios farmacológicos, con lo que en este sentido sería mucho más ética”, opina Poo.

EL PAÍS / EL ESPAÑOL

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