COREA DEL NORTE SE RETIRA DE LA OFICINA DE ENLACE QUE MANTENÍA CON SEÚL.

La salida de los oficiales norcoreanos de la ciudad fronteriza de Kaesong muestra la incertidumbre que rodea al proceso de deshielo en la península.

Corea del Norte ha ordenado a los altos cargos del régimen que dejen de acudir a la oficina de enlace que el país mantiene con Corea del Sur, punto en el que ambos países habían mantenido conversaciones en los últimos meses. Pyongyang no ha dado razones sobre su retirada del sitio, pero el gesto indica que el estancamiento de las conversaciones sobre desnuclearización entre el régimen de Kim Jong-un y Estados Unidos se contagia también hacia Seúl, uno de los principales impulsores y valedores del proceso de deshielo en la región.

El desplante de la delegación norcoreana fue confirmado este viernes por el viceministro de Unificación de Corea del Sur, Chun Hae-sung. “Han transmitido que se trata de una instrucción directa de la autoridad superior”, aseguró el alto cargo surcoreano, que lamentó la decisión. Fuentes del mismo departamento informaron a la agencia Efe que la reunión que en teoría debía tener lugar cada viernes llevaba ya un mes sin producirse. Las fechas sin diálogo entre ambas Coreas coinciden con la celebración de la segunda cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump en Vietnam, que terminó sin un acuerdo entre las partes ante las profundas diferencias entre ambas delegaciones sobre cómo proceder en el proceso de desnuclearización.

Pyongyang y Seúl acordaron el establecimiento de esta oficina el pasado abril tras la primera cumbre de sus líderes, Kim Jong-un y Moon Jae-in, con el objetivo de mantener un contacto regular entre ambos Gobiernos especialmente en el ámbito militar. Las reuniones tenían lugar de forma regular desde el pasado septiembre en la ciudad fronteriza de Kaesong, en territorio norcoreano y de un enorme simbolismo porque albergó, en los tiempos de deshielo entre ambos países, un complejo industrial común. Pyongyang retiró este viernes a sus 15 funcionarios, mientras que Corea del Sur ha dicho que mantendrá a un equipo de 25 personas allí al menos durante el fin de semana, según informa la agencia surcoreana Yonhap. Chun ha asegurado que el resto de canales de comunicación con el norte, restablecidos durante el año pasado, siguen funcionando con normalidad.

Las dos Coreas protagonizaron en 2018 un avance sin precedentes en sus tensas relaciones bilaterales. Se produjeron hasta tres cumbres entre sus líderes en pocos meses, un progreso que fue a la par con el restablecimiento de los contactos diplomáticos al más alto nivel de Corea del Norte tanto con China como con Estados Unidos. Corea del Sur, y particularmente su presidente Moon Jae-in, se ha erigido como un mediador clave en este deshielo. El proceso de reconciliación entre Pyongyang y Seúl, sin embargo, se ha visto en los últimos meses enormemente limitado ante la falta de avances en las conversaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Intento norcoreano de presionar a Seúl.

Si bien tanto el Norte como el Sur se muestran por ejemplo dispuestos a retomar proyectos económicos conjuntos, estos son imposibles de llevar a cabo porque entran en pleno conflicto con las duras sanciones impuestas a Pyongyang por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Washington ha rechazado aliviar este castigo al régimen norcoreano, aunque sea de forma parcial, si no tiene como contrapartida el desmantelamiento total del arsenal e instalaciones nucleares en el país. El gesto de Corea del Norte de abandonar esta oficina de enlace se interpreta también como un intento presionar a Seúl para que interceda ante Trump y lograr así un levantamiento de estas sanciones.

El anuncio de la retirada de Corea del Norte de esta plataforma de diálogo con el Sur se conoce apenas horas después de que Estados Unidos haya anunciado sanciones sobre dos empresas navieras chinas que, según el Departamento del Tesoro, han ayudado a Pyongyang a evadir las sanciones internacionales a través del comercio ilícito de petróleo o carbón en los últimos meses.

Desde la fallida cumbre en Hanói, Corea del Norte ha lanzado mensajes pesimistas sobre el futuro de las conversaciones. La viceministra de Asuntos Exteriores, Choe Son-hui, aseguró hace una semana que su país medita romper el diálogo con Washington e incluso poner fin a la moratoria sobre pruebas nucleares y de misiles que mantiene desde noviembre de 2017.

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