CALIFORNIA RETIRA DE LA FRONTERA LAS TROPAS QUE ENVIÓ A PETICIÓN DE TRUMP.

El nuevo gobernador del Estado, Gavin Newsom, ordena el repliegue de la Guardia Nacional para evidenciar que no hay ninguna crisis migratoria.

El tiempo de cortesía con Donald Trump ha terminado. El gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, ordenó este lunes el repliegue de los 360 soldados de la Guardia Nacional del Estado que se encontraban haciendo labores de apoyo logístico en la frontera con México a petición del presidente de Estados Unidos. “La ‘emergencia’ en la frontera es una crisis prefabricada”, dijo Newsom en un comunicado. “California no tomará parte en este teatro político. Esta es nuestra respuesta a la Casa Blanca: no más división, xenofobia ni nativismo”.

Se trata del primer enfrentamiento directo del nuevo gobernador con el presidente de Estados Unidos, y de un gesto muy significativo en el mismo día en que Trump acude a El Paso (Texas) para seguir haciendo campaña a favor de un muro en la frontera. La semana pasada, fue la nueva gobernadora de Nuevo México, la también demócrata Michelle Luján Grisham, la que anunció la retirada de las tropas estatales de la frontera. Newsom anunció que esos efectivos se dedicarán a prevención de incendios y la estrategia contra el tráfico de drogas, que calificó como “amenazas y emergencias reales de California”.

En abril del año pasado, Trump pidió a los cuatro estados de la frontera sur (California, Arizona, Nuevo México y Texas) que enviaran efectivos de la Guardia Nacional a la frontera para contener la supuesta amenaza de caravanas de inmigrantes organizadas. Es la misma época en la que la Administración endureció su política de inmigración con el criterio de “tolerancia cero” que acabó separando a miles de familias de sus niños. Arizona y Texas, con gobiernos republicanos, respondieron con entusiasmo a la petición del presidente.

California y Nuevo México tardaron unos días, pero finalmente aceptaron hacerlo. En general, a pesar del duro enfrentamiento político entre California y la Casa Blanca en casi todos los temas, el veterano gobernador Jerry Brown mantuvo siempre una lealtad institucional con Washington, y viceversa. Trump siempre ha respondido inmediatamente, por ejemplo, a las sucesivas peticiones de ese Estado de ayuda federal para desastres naturales. Cuando Brown aceptó enviar las tropas a la frontera, sin embrago, lo hizo poniendo por escrito que no iban a participar en tareas de detención de inmigrantes.

Esto es así de todas maneras. La Guardia Nacional es un ejército de reservistas que depende de los Estados y básicamente se dedica a tareas de protección civil. En la frontera, los soldados se dedican a apoyar a la Policía de Fronteras (CBP) en tareas logísticas y de administración que permiten liberar más agentes para estar sobre el terreno, pero no se meten en el trabajo de CBP. Brown quiso que constara por escrito para que quedara claro que no hacía falta militarizar la frontera.

Esa cortesía se terminó este lunes. El nuevo gobernador, Gavin Newsom, mucho más identificado con el ala progresista demócrata que Brown, ordenó el repliegue de las tropas y dejó claro que considera inútil la estrategia de Trump y que no hay ninguna crisis en la frontera, algo en lo que insisten alcaldes, empresarios y vecinos desde San Diego hasta Brownsville desde que empezó el fenómeno Trump en 2015. En Nuevo México, la nueva gobernadora demócrata calificó la descripción de la frontera en crisis como una “charada”.

La decisión de California llega en un momento de enorme presión para Trump. el presidente está perdiendo a sus partidarios más fanáticos porque después de dos años en la Casa Blanca aún no ha puesto una sola piedra del muro con México que prometió. Primero, los propios republicanos le negaron el presupuesto que pedía (unos 6.000 millones de dólares, que ha rebajado a 5.700 millones). Desde que los demócratas ganaron la mayoría en la Cámara de Representantes, todas sus opciones de tener fondos para el muro se han esfumado. El bloqueo en la negociación del presupuesto ya provocó un cierre del Gobierno por falta de fondos durante un mes, hasta que Trump cedió.

Trump ya ha admitido que puede volver a pasar lo mismo en la nueva negociación que está en marcha. El presidente ha amenazado con enviar 3.750 soldados del Ejército de Estados Unidos a la frontera y declarar una emergencia nacional para utilizar fondos para el muro. El gobernador Newsom citó esta amenaza como una razón más para retirar las tropas californianas.

En este contexto, Trump acudió este lunes a El Paso a dar un mitin para reclamar de nuevo el muro. Trump los ejemplos de El Paso y San Diego como ciudades salvadas por la construcción de un muro. Las barreras físicas en las ciudades fronterizas se construyeron en los noventa y principios de este siglo y redujeron mucho la inmigración irregular, que se desvió a lugares más peligrosos como el desierto o el río Grande. Las cifras de inmigración irregular en Estados Unidos están en mínimos históricos.

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