BRASIL Y ESTADOS UNIDOS PACTAN IMPULSAR LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA.

El presidente Bolsonaro se reúne con Pompeo en Brasilia y se comprometen a cooperar para «restaurar los derechos humanos».

La llegada de Jair Bolsonaro al poder en Brasil supone un cambio profundo a nivel interno –es el primer mandatario de ultraderecha en democracia—pero también anticipa novedades radicales en política exterior. Al evidente acercamiento a Estados Unidos e Israel, se suma el alejamiento de Venezuela, con cuyos gobernantes los Gobiernos del PT mantuvieron una relación estrecha pese a la creciente deriva autoritaria. El nuevo presidente y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, hablaron este miércoles en Brasilia sobre cómo colaborar para “restaurar la gobernanza democrática y los derechos humanos” de la ciudadanía de Venezuela, Cuba y Nicaragua, según ha informado un portavoz de la diplomacia de EEUU. Ya desde la campaña electoral Venezuela ha sido uno de los asuntos en los que se asienta el creciente acercamiento bilateral.

Pompeo aseguró a Bolsonaro que su Gobierno “acompaña la preocupación (de Brasil) con la grave crisis que sufre Venezuela y ha pedido al presidente (Bolsonaro) que coopere activamente con la solución de esta cuestión”, según un portavoz del presidente brasileño. El mandatario brasileño se dijo preocupado por la estabilidad de Sudamérica y considera la situación venezolana como grave.

Pompeo, que fue el representante de EEUU en la toma de posesión del presidente ultraderechista, transmitió a Bolsonaro una invitación para visitar a Donald Trump. Ambos mandatarios no se han visto nunca pero se hacen frecuentes guiños en Twitter –el último en la toma de posesión– y uno de los hijos del brasileño, Eduardo, el más cercano al padre y diputado, visitó la Casa Blanca tras la victoria electoral para reunirse con Jared Kushner.

Pompeo y Bolsonaro hablaron también de negocios. El segundo quisiera estrechar las relaciones en ese ámbito con Estados Unidos pero corre el riesgo de incomodar a China, el principal socio comercial del gigante sudamericano.

La llegada al poder de Bolsonaro culmina un notable giro a la derecha en América Latina tras un periodo en el que el continente estuvo gobernado por Gobiernos de izquierdas. Cuba, Venezuela y Nicaragua han quedado notablemente aislados entre sus vecinos. Y Bolsonaro considera a sus gobernantes enemigos declarados. De hecho, los tres países habían sido invitados a su toma de posesión por el mandatario saliente, Michel Temer, pero el ultraderechista retiró las invitaciones.

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