AUTORIDADES CONTROLAN QUE LA GASOLINA SUPER SE VENDA AL PRECIO ESTABLECIDO.

La Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH) confirmó este lunes, 27 de agosto del 2018, que abrió procesos administrativos a estaciones por vender súper por debajo de USD 2,98. Solo en Guayaquil fueron notificadas dos gasolineras. La marca Más Gas optó este lunes por vender el galón a USD 2,88, sacrificando el margen de ganancia. Por esto, fueron notificadas cuatro de sus estaciones, informó la firma. En tanto, la demanda de gasolina súper se redujo en un 80% en las primeras horas de vigencia del nuevo precio de este combustible, según la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleos del Ecuador (Camddepe). En promedio, las estaciones de servicio despacharon este lunes unos 100 000 galones de este derivado, cuando la demanda estimada diaria es de 500 000. La reducción, según Francisco Silva, presidente de la Camddepe, se explica porque tras el anuncio que hizo el Go­bierno -el 21 de agosto pasado- de subir el galón de súper a USD 2,98, los usuarios se abastecieron del producto para tratar de ahorrar. Entre el miércoles y el viernes pasados hubo un aumento del 100% en la venta de súper y el fin de semana, del 30%.
Estas cargas permitirán que las personas se movilicen entre una semana o más, según el recorrido que realicen. Los consumidores que acudieron este lunes a abastecerse del derivado pagaron el nuevo precio. Por ejemplo, en la estación Villa Flora de Petróleos y Servicios en Quito, entre las 00:00 y 08:00 de se comercializaron 20 galones de súper, cuando usualmente se vendían 200, mencionó Luis Castillo, administrador. Pasadas las 08:00, la venta fue también irregular. Diego Pabón, propietario de una motocicleta, adquirió súper solo para cumplir con su jornada diaria. Puso solo la mitad de un galón (USD 1,50).
En promedio, este usuario destinaba entre USD 5 y 6 para adquirir 2,8 galones, pero ahora ese mismo monto solo le alcanzará para dos. En cambio Édison Loor, propietario de un taxi Citroën del 2017, que usaba súper, decidió este lunes comprar extra tras el alza. Pagó USD 11 por 7,4 galones de extra y USD 4 por un aditivo. En esta ocasión su presupuesto, USD 15 por día, no le alcanza para adquirir súper. Para llenar el tanque con esa gasolina necesita USD 22. Castillo comentó que los usuarios que decidan experimentar con la extra analizarán el desempeño de sus autos en estos días y luego se definirá el tipo de derivado que usarán. El titular de la Camddepe coincidió con Castillo y dijo que para evaluar el impacto del alza de la súper en la demanda se debe esperar más días. Técnicos recomiendan a los usuarios considerar tres parámetros básicos antes de migrar a la extra.
Diésel industrial se revisa.
Pablo Campana, ministro de Comercio Exterior, mencionó ayer que la revisión del precio del diésel industrial se está analizando internamente. “Siempre vamos a buscar brindar a los sectores productivos mayor competitividad”, dijo, y señaló que impulsará a esos actores a través de la entrega del Certificado de Abono Tributario, que es un mecanismo de compensación de impuestos al exportador.
Octanaje del auto se debe consultar.
El octanaje es la capacidad que tiene el combustible para evitar una detonación prematura dentro del cilindro, con el fin de garantizar un funcionamiento óptimo y un rendimiento eficiente. Cuando el combustible se enciende antes de lo previsto dentro del motor, provoca un golpeteo conocido como cascabeleo, que puede causar daños en componentes como la cabeza del pistón y las válvulas. El tipo de combustible que debe utilizar un vehículo es especificado por el fabricante y/o por su distribuidor local. Los combustibles que actualmente tenemos en el país (súper de 90 octanos y extra de 85) nos colocan en los niveles de la normativa Euro 2, que estuvo vigente en Europa entre 1996 y el 2000. Paradójicamente, el Gobierno decretó el año pasado que todos los vehículos nuevos que se vendan en el país cumplan como mínimo la normativa Euro 3.
La compresión es otro factor.
La relación de compresión, generalmente incluida en la ficha técnica del vehículo, define el grado de aprovechamiento de la energía del combustible en un motor de combustión interna. Mientras más alta es esta relación, mayor debe ser el octanaje de la gasolina para garantizar la eficiencia del combustible y el óptimo funcionamiento del motor. La relación de compresión puede ser baja o alta. La baja, generalmente relacionada con carros antiguos o de menor tecnología, indica que el motor no requiere una gasolina de alto octanaje para un rendimiento apropiado. La alta, vinculada a vehículos más modernos, da cuenta de que el propulsor requiere de la mejor gasolina para operar correctamente, sin que los componentes internos sufran un desgaste prematuro. La cifra que marca la barrera entre compresión baja y alta es 10:1.
La altitud define qué gasolina usar.
La presión atmosférica tiene una alta incidencia en el tipo de combustible que un vehículo puede utilizar para ofrecer un funcionamiento adecuado, y es directamente proporcional al octanaje de la gasolina. Por ejemplo, la menor presión atmosférica que hay en la Sierra compensa el menor octanaje de la extra y permite que la mayoría de vehículos de gamas baja y media operen sin inconvenientes. En la Costa sucede lo contrario, la mayor concentración de oxígeno requiere de un combustible de mayor octanaje para un buen funcionamiento. Si se utiliza una gasolina de bajo octanaje se puede generar cascabeleo, que puede causar severos daños al motor. Un cascabeleo ocasional no representa un problema mayor, pero uno permanente da cuenta de un funcionamiento inadecuado por la calidad del combustible.

FUENTE: Diario El Comercio.

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