AUTORIDAD ELECTORAL DE GUINEA-BISÁU CONFIRMA LA VICTORIA DE EMBALÓ EN LAS PRESIDENCIALES.

El jefe de Estado electo tiene un doctorado en Relaciones Internacionales en la Complutense de Madrid y se formó en el Centro de Defensa Nacional español.

La Comisión Nacional Electoral (CNE) de Guinea-Bisáu ha confirmado este miércoles la victoria de Umaro Sissoco Embaló en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en el país africano el pasado 29 de diciembre, lo que le convierte de facto en el nuevo presidente. De esta manera, la CNE resuelve las dudas sobre la verificación de las actas electorales planteadas por el Tribunal Supremo la semana pasada, quien ahora tendrá la última palabra. El candidato derrotado, Domingos Simões Pereira, rechazó los resultados alegando un presunto fraude y recurrió a esta instancia judicial.

“Las normas del Tribunal Supremo se han seguido de manera escrupulosa”, aseguró este miércoles la CNE mediante un comunicado en el que despejaba las dudas sobre su actuación, “todo lo que queda por hacer es llevar a cabo la investidura”, informa Reuters. La elección de Umaro Sissoco Embaló, que ganó los comicios con un 53,55% de los votos frente al 46,45% de su rival, así como el rechazo de Pereira a aceptar estos resultados, mantienen la incertidumbre acerca de la superación del bloqueo político e institucional que sufre este país desde 2015.

Por su parte, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), el organismo regional que ha mediado en la crisis bisauguineana desde el golpe de Estado de 2012 y que mantiene tropas en el país, ha felicitado este miércoles al nuevo presidente como ya hiciera en días pasados Estados Unidos pese a que no se había producido aún la ratificación de los resultados por parte de la CNE.

Embaló, de 47 años, politólogo, general de brigada y primer ministro durante 14 meses, entre 2016 y 2018, quedó segundo en la primera vuelta electoral celebrada el pasado noviembre a 12 puntos de distancia del entonces ganador, Domingos Simões Pereira. Sin embargo, el nuevo presidente se vio beneficiado del apoyo de todos los demás aspirantes derrotados, como Nuno Gomes Nabiam, Carlos Gomes Junior y José Mario Vaz, que pidieron el voto para Embaló en la segunda vuelta con el objetivo de aislar al Partido por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) de Pereira.

Pese a todo, el nuevo presidente no tendrá las manos libres ya que está obligado a cohabitar con el PAIGC, que es quien detenta una mayoría relativa en el Parlamento y, según la constitución bisauguineana, quien por tanto debe proponer al primer ministro y este a su vez designar al Gobierno. Precisamente la ruptura entre el anterior presidente, José Mario Vaz, y el partido mayoritario, liderado por Pereira, está en el origen de la parálisis del país en los últimos años que se podría prolongar si los nuevos actores políticos no son capaces de alcanzar acuerdos.

Embaló, que también contó con el respaldo de líderes regionales de peso como el presidente senegalés Macky Sall o su homólogo nigeriano Muhamadú Buhari, tiene estrechos vínculos con España. Tras terminar la universidad en Lisboa se trasladó a Madrid para hacer un Master en Ciencias Políticas y un Doctorado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense. Poco después, ya como militar, completó sus estudios en el Centro de Defensa Nacional de España. Se le considera un experto tanto en temas de Seguridad como de Cooperación y Desarrollo.

El fulgurante ascenso de Embaló, que apenas en 2018 creó su propio partido político, el Movimiento para la Alternancia Democrática (Madem G15), junto a otros 14 expulsados del PAIGC, se sustenta no solo en el rechazo de una parte de la población a este último partido que ha dominado en buena medida la escena política del país desde su independencia, sino en un cierto voto de carácter étnico. Embaló es fulani, una de las comunidades más importantes del país, y ha sabido jugar esta carta durante la campaña. Ahora que es el presidente electo ha declarado que pretende gobernar para todos los bisauguineanos.

La derrota del candidato del PAIGC, que antes de la cita electoral se mostró confiado de una victoria casi segura, abre muchas incógnitas debido a que su mayoría en el Parlamento no es absoluta y se cimenta en el acuerdo con otros tres pequeños partidos. El futuro de la antigua colonia portuguesa, de la que se independizó en 1974 tras una guerra, vuelve a ser incierto en un escenario de fragmentación política liderado por unos actores que hasta ahora no han sabido dotar de estabilidad al país para hacer frente a grandes desafíos como la pobreza de su población, la corrupción, el tráfico de drogas o la explotación abusiva de recursos naturales.

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