34 denuncias por tráfico ilegal se revisan en Cañar

Con la muerte de los dos jóvenes que intentaron viajar ilegalmente en un avión que despegó de Guayaquil a Estados Unidos, ha surgido nuevamente la preocupación por los casos de tráfico ilegal que se podrían estar originando en Cañar.

Según datos de la Fiscalía Provincial, entre el 2017 y lo que va del 2018 se han investigado 34 denuncias de tráfico ilegal de migrantes o coyotaje.

Marco Pichasaca y Luis Chimbo murieron el lunes al caer del tren de aterrizaje de un avión de Latam.

El ambiente en la comunidad Cachi, donde nacieron estos jóvenes, de 16 y 17 años, era de total tristeza la mañana de ayer y muchos aún no comprendían por qué emprendieron en silencio un viaje tan riesgoso.

Durante el velatorio Manuel Guamán, exdirigente de una organización social de El Tambo, recordó a los menores como buenos deportistas, pero también reprendió a las autoridades presentes porque “no han hecho nada” para frenar este problema.

Advirtió que esperan resultados por esta nueva tragedia y que en caso de no ser escuchados, el levantamiento sería una opción.

A los pocos minutos de que terminó la misa en la capilla de la comunidad, los allegados de los jóvenes tomaron en hombros los dos féretros y acompañados por la música de una banda de pueblo llegaron al cementerio de El Tambo.

Todo estaba listo para despedirlos, incluso las placas que se colocarían en sus tumbas, una negra con letras doradas en la que se leía: “Recuerdo de su madre Ana Pichisaca Guasco”, y otra con letras plateadas con el texto “Recuerdo de sus padres y familiares”.

Según el fiscal de Cañar, Leonardo Amoroso, aunque al momento no han recibido una denuncia formal, dijo que el caso puede investigarse como ‘coyoterismo’, en especial porque el viaje fue de manera clandestina y es evidente que “alguien les ayudó”. Pero esta investigación la llevarán desde Guayaquil porque hasta el momento ellos no tienen elementos.

Desde que asumió el despacho el 2016, Amoroso cuenta que el perfil del migrante en Cañar es de jóvenes menores de edad que viajan a Estados Unidos a través de un coyote contratado por sus padres.

Lo que quieren es una ‘reunificación’ en el extranjero, sin considerar los peligros que esto conlleva. Enseguida recuerda el caso de Nohemí Álvarez, la niña de 8 años que en el 2014 se suicidó en un albergue de Ciudad Juárez, México, mientras viajaba al país del norte para reencontrarse con sus padres.

En el año 2017 se registraron 28 delitos de tráfico de migrantes, un caso fue archivado porque no hubo elementos de convicción para proseguir, en uno se abrió la instrucción fiscal y otros están en investigación previa. Mientras, en los dos primeros meses del 2018 se denunciaron seis casos. Pero hasta ahora solo ha habido una sentenciada y una apertura de instrucción fiscal.

La razón principal para que estas investigaciones no avancen es que los denunciantes abandonan el proceso. (I)

EL UNIVERSO

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